El Madrid le rompe la cara al Barça

CristianoArbeloaVsFCBarcelona

El Real Madrid logró una incontestable goleada en el Camp Nou ante un FC Barcelona que no logró recuperar ni un ápice del buen juego del que viene careciendo desde el año pasado. Su fútbol es plano, romo, sin desborde, carente de ritmo. El Madrid, en cambio, jugó a lo que sabe y cada día le sale mejor. Al primer error comentido por los locales cobró ventaja y supo jugar con ella y aumentarla.

Alineaciones esperadas en ambos equipos, con la salvedad de Varane en el lugar de Pepe, una apuesta de Mourinho ante la que el joven francés volvió a responder de manera sobresaliente: a su impecable labor defensiva volvió a sumarle un gol con otro espectacular remate de cabeza. Vilanova-Roura optaron por mantener a Fàbregas en el once titular y no les salió bien, pues Cesc jugó un partido para olvidar.

Si Iniesta va a jugar la mayor parte del tiempo en la mediapunta, Cesc no puede ser el elegido para jugar en banda. Por allí puede aparecer por sorpresa cuando se permuta con el de Fuentealbilla, pero no fijado en esa posición, donde es ineficaz. El Barça habría ganado mucho con la alineación de Villa o Alexis en su lugar. Alonso y Khedira se comieron a Xavi, una noche más inoperante (y van…). Una acertada variante de Mourinho fue hacer caer a Özil a la banda izquierda, en lugar de a la contraria, como es habitual. Con ello logró liar al Barça en las marcas y salir siempre ganando: bien liberando a CR7 para irse hacia el centro, bien cargando el flanco más débil del Barça, donde Alves sufre para defender como nunca.

A los doce minutos Cristiano Ronaldo rompió por el carril del Diez y Piqué le hizo un penalti cuando menos ingenuo. No falló desde los once metros el portugués por muchos bailes e invitaciones que hizo Pinto. El Madrid ya había cumplido su primera misión: marcar un gol con un doble valor: adelantarse en el marcador y neutralizar pronto el tanto logrado a domicilio por el Barça en el partido de ida. Sin haberse cumplido un cuarto de hora, los blancos ya tenían el encuentro donde querían: 0-1 y a esperar que el Barça cometiera los mismos errores que viene cometiendo.

Los problemas del Barça son de carácter general: el equipo no juega bien, así de simple. No lo hizo durante los primeros meses de Liga, por mucho que fuera sumando de tres en tres y dejase al Madrid muy lejos. En Diciembre sí tuvo una mejoría considerable, pero no encontró continuidad a la vuelta del parón navideño. Ni domina los ritmos ni posee la mordiente y la claridad de cara a puerta que sí tuvo en la primera parte del campeonato. De todos modos, si tengo que pensar en qué jugadores están peor, a quiénes sacaría de la alineación habitual, lo tengo claro: Alves, Xavi y Pedro.

La debilidad defensiva blaugrana impide que siga jugando con dos laterales a los que les cuesta tanto cerrar. Entre Alba y Alves, sentaría al brasileño. Xavi se merece un respeto eterno pero soy incapaz de recordarle un partido excelente en el último año y medio (con la excepción de la final de la Eurocopa, con España) y ni siquiera una nota más alta de un cinco en lo que va de 2013. ¿Y Pedro? ¿cuándo fue la última vez que ha desbordado a su par, siendo el extremo que es? A pesar del horroroso partido de hoy, considero que Fàbregas viene ofreciendo al equipo más prestaciones que el canario. Con un mal juego colectivo y tantos jugadores desconectados, el Barça necesita a Messi. Y Messi ha vuelto a tener una mala noche. Como decíamos en la previa, sus datos goleadores esconden un bajón de juego que no consigue levantar.

El que sí apareció fue Cristiano. Su bloqueo mental en el Camp Nou es cosa de un pasado muy lejano. Porque ahora cada vez que pisa el césped culé lo hace para marcar la diferencia. Metió los dos primeros goles de su equipo, el segundo aprovechando un rechace de Pinto tras disparo de Di María, que partió a Puyol por la mitad. Se fue de Alves siempre que quiso, puso a los dos centrales rivales con tarjeta… De un tiempo a esta parte siempre está apareciendo en los partidos grandes, acrecentando aún más su leyenda en la Casa Blanca.

El crack luso estuvo muy bien acompañado esta noche, de un efervescente Di María y un Özil que dominó los tiempos. Higuaín, aunque poco aportó en ataque, hay que reconocerle en inmenso trabajo que hizo en la presión y en el faje con Puyol y Piqué. El partidazo que se largó el tándem Alonso-Khedira facilitó mucho el día a los centrales blancos, que tuvieron menos trabajo del esperado y lo resolvieron bien.

El Barça no supo responder ni encontrar alternativas. El Madrid jugó con la defensa muy adelantada, aprovechando que ningún atacante blaugrana buscaba su espalda. Roura se demoró demasiado en darle entrada a alguien que hiciera algún desmarque a los espacios. Hasta el Camp Nou coreó el nombre de Villa como sugerencia, aunque para lo que necesitaba el equipo quizá la mejor opción era Alexis, por muy cegado que esté de cara a puerta. Tanto se lo pensó (quizá las dificultades para tener una buena comunicación tirando de teléfono con Vilanova, que sigue en Nueva York, también pesaron) que le dio tiempo al Madrid a marcar el segundo. Cuando entró El Guaje ya estaba todo el pescado vendido. El Madrid estaba comodísimo y entusiasmado; el Barça, escéptico y deprimido.

El Barça temió acabar recibiendo una goleada más abultada y las aventuras alexanquinas de Piqué se acabaron con el gol de Varane. Las salidas de Tello y Thiago fueron apenas testimoniales, aunque al menos el extremo demostró que al menos a él si le sale algún regate. Alba maquilló el marcador en los últimos instantes. El 1-3 final clasifica al Madrid para la final de Copa, lo que no significa que haya ganado nada aún. La euforia de sus aficionados, además de por la incontestable victoria sobre el eterno rival, debe enfocarse, sobre todo, en la clara mejoría en el juego del equipo y el compromiso de sus jugadores. Dentro de una semana vuelven a tener un partido aún más importante, un duelo a vida o muerte con el Manchester United en Old Trafford.

El barcelonismo, con una Liga que ya siente medio ganada desde hace meses, más que preocuparse por haber sido apeado de la final copera por el Madrid, debe orientar su desasoiego en el mal juego de su equipo, que no es cosa reciente, sino un declive que ya viene de hace meses, por mucho que haya ido resolviendo por la brutal superioridad de la calidad individual que tiene su plantilla en comparación con las de diecisiete equipos de nuestra Liga. Siendo una calamidad en lo defensivo, con obtuso y embotado en lo ofensivo y con Messi fuera de su versión divina, la remontada ante el Milan se antoja imposible.

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Bruno Sanxurxo