Diego López desbarató el recital amarillo

Diego Lopez - Villarreal

Si hace un momento hablábamos de que el Barça del Tata Martino tiene mucho trabajo por delante, del Real Madrid de Carlo Ancelotti no podemos decir otra cosa. Incluso con mayores motivos, si tenemos en cuenta bajas importantes que aún no se han podido estrenar -Xabi Alonso y Varane-, otras debidas al virus FIFA -Marcelo, Coentrao y Arbeloa-. Además del debut de dos recién llegados como Illarramendi y Gareth Bale, que dejaron detalles y muestras de su potencial, pero aún se muestran lejos de su mejor nivel.

El primer tropiezo de la temporada para el conjunto blanco llegó en El Madrigal, donde no pudieron pasar del 2-2. Un resultado con el que pueden estar contentos al tratarse de un Madrid en primera fase de construcción, y sobre todo, después de lo demostrado por un Villarreal que actúa como si nunca se hubiera ido, como si no viniera de la segunda división, como si siguiera postulándose como la alternativa humilde a los grandes clubes.

Los de Marcelino García dieron un recital desde el primer minuto de encuentro, aprovechándose de lo que le cuesta al Real Madrid entrar en los partidos. Mientras con Mourinho se empezaba con una intensidad máxima para ir rebajándola con el paso de los minutos, al Madrid de Ancelotti le cuesta desperezarse. Por fortuna para los intereses merengues, la intensidad de Diego López fue máxima desde el pitido inicial, y se erigió como mejor jugador de su equipo evitando que a la media hora de encuentro, el Villarreal no tuviera una ventaja de dos o tres goles.

El Madrid de Ancelotti se encuentra en fase de pruebas, especialmente en el centro del campo, y el Villarreal supo aprovechar esa fragilidad. Illarramendi y Modric eran incapaces de conectar defensa y ataque, y a la vez se encontraban desbordados por los centrocampistas castellonenses. Cani y Aquino se encargaban de Isco y Modric, dejando a Trigueros y Bruno manejando el partido a placer y haciendo un cortocircuito de cada intento de combinación merengue. La segunda división no era un lugar adecuado para el internacional español. Su aportación sería clave para cualquier equipo de primer nivel.

No podemos quitar ningún mérito al juego del Villarreal. Marcelino García ha sabido otorgar de su estilo al submarino, haciendo gala de un fútbol de toque veloz y directo, además de una fantástica capacidad para el contragolpe gracias a futbolistas como Aquino, Cani y Pereira. Pero también hay que poner una marca importante en el debe de la defensa madridista. Carvajal aporta más que Arbeloa ofensivamente, pero no es capaz de cerrar su banda como el internacional. Por su parte, Sergio Ramos y Pepe están muy fuera de forma. Especialmente el portugués, que lo deja de manifiesto con esa manía de recular hacia su portería, para acabar entrando al rival completamente a destiempo.

Bale -VillarrealPero poco a poco el Madrid fue asentándose en el terreno de juego, a medida que Modric cogió el timón e Illarramendi comenzó a dar muestras de lo importante que puede ser su aportación en el futuro. En una de sus jugadas más pacientes y elaboradas, Carvajal apuró la línea de fondo para servir en bandeja el primer gol como madridista de Gareth Bale. El nuevo crack del Real Madrid partió como titular, y aunque dejó un par de detalles de su poderío -una gran carrera por la banda derecha y un potente disparo desde lejos-, dejó de manifiesto que aún necesita un puñado de semanas y partidos para empezar a justificar su precio.

Con algo de suerte, el Real Madrid se puso por delante en el minuto 64, gracias a un gol de Cristiano Ronaldo que antes de introducirse en la portería, tocó un par de piernas rivales. Pero cabe destacar la gran asistencia Isco para iniciar la jugada, superando a un rival con un sombrero para habilitar al portugués. El ex jugador del Málaga no brilló como en las primeras jornadas, quizás renqueante de su lesión en el tobillo, aunque sacó lo mejor de sí tras el 2-2. A partir de ahora será inevitable compararlo con Özil, y hay que reconocerle que en esos 20 minutos finales dejó muestras de cómo hacer olvidar al alemán. Isco no huía de la responsabilidad, sino que bajaba a buscar la pelota al centro del campo para iniciar la jugada y dirigir a su equipo. Cerca estuvo de encontrar recompensa.

Ese mencionado empate llegó con un gol de Gio, después de que Cani avanzara 20 metros hasta la frontal del área sin que nadie salier a su paso para entorpecer su disparo. Demasiadas facilidades. Y es que los cambios de Ancelotti no asentaron al equipo, sino más bien lo contrario. Especialmente en lo referente a un Khedira al que se le vio muy perdido, como si no se terminara de acoplar a las ideas del nuevo técnico. No le culpo, porque en ocasiones da la sensación de que el propio Ancelotti no tiene aún claro su esquema. Puede que con la plantilla cerrada y los compromisos de selecciones finiquitados, comencemos a observar y comprender lo que busca el técnico italiano.

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Daniel Iglesias

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