El Bayer Leverkusen se acostumbró a obrar milagros la temporada pasada, a hacer del descuento su zona de confort y a recuperar partidos en el último instante cuando parecían perdidos. Se propuso seriamente acabar invicto la Bundesliga, y lo consiguió. Esta temporada perdió pronto esa condición, ya en la segunda jornada ante un Leipzig que le remontó un 2-0 a favor, pero los milagros no se han acabado para los de Xabi Alonso, sólo que el ocurrido en el Allianz Arena de Múnich ha sido distinto: el milagro fue sacar un punto de un partido en el que siempre estuvo a merced del Bayern.

Ya en plena celebración del Oktoberfest, el partido fue una fiesta para los de Kompany: el balón era de su propiedad, Kimmich y Pavlovic mandaban en el medio, Olise y Gnabry abrían el campo y Musiala inventaba en tres cuartos. Si al Bayer Leverkusen le daba por recuperar el balón, apenas le duraba un suspiro en una continua avalancha de juego del Bayern.

El mejor momento hasta entonces llegó cuando Musiala hizo un slalom por el medio que sólo pudieron detener con falta al borde del área. Olise se encargó del lanzamiento, que se escapó por muy poco. El Bayern jugaba más y llegaba más, pero el primero fue del Leverkusen. Cosas del fútbol. A Pavlovic se le escapó lo que pretendía ser un pase atrás a Neuer, en el que tienen fe ciega en su juego de pies a tenor del zambombazo que era esa cesión, pero el balón se fue por la línea de fondo. Grimaldo, que estaba siendo uno de los mejores del Bayer, botó el córner, el balón llegó a Xhaka y este cedió a la frontal donde apareció Andrich, cuyo buen disparo de primeras llegó hasta la red de Neuer. No es el jugador con mejor pie del Bayer, pero Andrich impuso su ley entre el dominio del conjunto local.

El gol podría haber cambiado el devenir del encuentro y dar una oportunidad a los de Xabi para hacerse con el control, pero no fue el caso: decidido a enmendar su error, Pavlovic lanzó un cohete desde Nuremberg que supuso el empate para los suyos. Un gran gol, aunque a Hradecky le flojeó la mano en su intento de despeje.

La segunda parte fue más de lo mismo: el Bayern se hizo con el dominio y a los de Xabi no les quedó otra que aguantar la tormenta. Tuvieron ocasiones los de Múnich para encontrar el gol de la victoria, pero Gnabry se topó con los palos, Olise con Hradecky y Kimmich con una pizca más de puntería. Por si fuera poco, Harry Kane, que no tuvo su mejor día cuando a su equipo le faltó la puntilla, se fue lesionado al final.

El Bayern sigue líder e invicto, aunque ya sin pleno de victorias. El Leverkusen continúa cerca, tercero a tres puntos, pero no lo va a tener sencillo para reeditar el título ante Kompany y cía.

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Gabriel Caballero

Periodista
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