Ni en la peor de sus pesadillas hubiesen imaginado los aficionados del Borussia Dortmund ver a su equipo firmar una temporada tan mala como la actual. Decimoquinto a doce puntos de la Champions y a tan sólo uno de los puestos de descenso. Ese es el panorama de uno de los grandes del fútbol alemán. A principios de temporada, el BVB era el único equipo que podía plantar cara al Bayern en la lucha por el título liguero. Sin embargo, el gran rendimiento de los de Baviera y la irregularidad del conjunto de Jürgen Klopp descartó al Dortmund de la pelea por la Bundesliga a las primeras de cambio.
Algo lógico, por otro lado, ya que en los últimos años, el Bayern se ha reforzado fichando algunos de los jugadores con más peso en el Signal Iduna Park. Una estrategia con doble intención: reforzarse al mismo tiempo que debilita a su máximo rival. Ni Gotze ni Lewandowski han exhibido el nivel que se esperaba de ellos en el Allianz, pero lo cierto es que en Dortmund siguen sin olvidarles. Principalmente porque sus sustitutos no están respondiendo. El caso de la delantera es el más significativo. Inmobile y Ramos, los dos fichajes que llegaron para sustituir al polaco, no terminan de convencer.
Dentro del cúmulo de despropósitos que está viviendo el equipo hay dos muy identificados: sus cifras goleadoras son pobres y los rivales le hacen gol con demasiada facilidad. El Borussia sigue siendo letal en sus transiciones rápidas, pero está acusando la falta de pegada en los últimos metros. Con Inmobile y Ramos condenados al ostracismo, Klopp se ha decantado por colocar a Aubameyang como delantero, una solución que le está dando buenos resultados, pese a que el africano no es un goleador nato.
Con Gundogan y Nuri Sahin en el dique seco durante buena parte de la temporada, el BVB se convirtió en un equipo sin creatividad en el centro del campo. Y ese es un problema de importante gravedad si los rivales se encierran y apuestan por un repliegue intensivo. La falta de creatividad provoca circulaciones lentas e impide llegar con claridad al área rival en ataques posicionales. No es una casualidad que sus dos últimas victorias en la Bundesliga hayan llegado los dos centrocampistas creativos recuperados y como titulares.
La parcela defensiva tampoco es ajena a los problemas. Hummels es otro de los jugadores que se ha visto castigado por las lesiones. Sin su líder defensivo, al Borussia le ha faltado solidez atrás. Comparadas con la de otros equipos que están por encima, las cifras goleadoras tampoco son tan malas (ha encajado 29 goles en 21 partidos), pero es cierto que los tantos encajados han sido una losa muy grande debido a los problemas a la hora de ver puerta. Además, los rivales no necesitan controlar el partido ni llegar 20 veces para marcar. Sin ir más lejos, el Mainz le hizo dos goles el pasado viernes con tres disparos a puerta.
A la vuelta de la esquina están unos octavos de final de Champions que pueden ser un punto de inflexión para este Dortmund. El equipo ha mostrado una imagen mucho más refinada por Europa, donde a pesar de su situación liguera, sigue siendo temido. Una buena actuación en la Champions puede ayudar a maquillar la temporada. Todavía hay tiempo para revertir la situación y despertar de la pesadilla. Pero el tiempo corre en contra de Klopp y el margen de error es mínimo. Sólo vale ganar.