Aún no hemos digerido la primera jornada de Liga y ya está aquí la Champions League. No es la fase final, pero sí sirve para abrir boca. De los conjuntos implicados en los partidos que tendrán lugar entre hoy y mañana, y la próxima semana, saldrán los que se metan en la pelea por el cetro europeo. Los hay con mucha historia, como PSV o Milan, que lucharán entre sí por no caer antes de llegar, o en el caso que nos ocupa, Real Sociedad y Lyon (20:45, TVE): un ‘turista’ en estas lides frente a un grande eclipsado por los multimillonarios que inundan su país.
Así, los pupilos de Jagoba Arrasate han viajado a Francia en busca de un buen resultado para el partido de vuelta, que tendrá lugar el próximo día 28. Ante un rival de entidad como es el cuadro galo y en un escenario como Gerland, los donostiarras se reencontrarán con unas sensaciones que hacía una década que no se proyectaban entre la afición txuriurdin. Ha sido muy larga la espera, espesa, con descenso y ascenso incluido, pero ha de valer la pena. La fiesta que provocó haber acabado cuarto la pasada campaña bien vale el billete directo.
El mensaje no puede ser otro que optimista. El arranque de campeonato doméstico ha sido esperanzador, pese a las cuantiosas ausencias, por lo que el objetivo ha de ser prorrogar el buen momento que se arrastra desde el ejercicio anterior. Lesionado Agirretxe, punta de lanza y máximo goleador realista, y sin Diego Ifrán, Mikel González y José Ángel, el entrenador maneja alternativas que, ante el Getafe, ya dejó entrever. Entre ellas está el concurso de Seferovic arriba. El sábado debutó en Liga con un gol y ante el Lyon quiere repetir.
También estará Granero, flamante fichaje para la zona de máquinas, y Griezmann, que probablemente salga de la partida. Para el francés será un partido especial, ya que regresa a un lugar muy cercano al de donde nació (Mâcon) y porque, como muchos de sus compañeros que el año pasado deslumbraron en el torneo de la regularidad, esperaban este momento como si de una utopía se tratase. De aquel 9 de marzo de 2004, cuando Lyon y Real se toparon en octavos queda Xabi Prieto, imberbe y suplente por entonces, y hoy líder del equipo.
Ese fue el último partido de la Real Sociedad en Champions hasta hoy. Ante el mismo rival, diez años después, buscan una revancha que pasa por no cambiar el discurso sobre el rectángulo de juego. Un discurso que aboga por el descaro, por la velocidad, por la diversión por encima de todas las cosas. El Lyon, más rodado y con amarrado al talento de dos de sus jóvenes figuras —Grenier y Lacazzette— más el intermitente Gourcuff, no lo pondrá sencillo. Pero nadie dijo que los sueños son fáciles de alcanzar. Aunque sea de puntillas, a por la Txanpions.
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