No jugaban en El Calderón: lo hacían en el BayArena de Leverkusen, pero si el Bayer ganó al Atlético en su terreno fue porque lo hizo a la manera rojiblanca. Nos contaron que el Bayer era un equipo flojito en defensa pero alegre en ataque, y lo que se encontró el equipo del Cholo fue un conjunto aguerrido y rocoso que jugaba al límite, y con buenas individualidades arriba capaces de decantar la balanza. El resultado, 1-0 (Çalhanoğlu), no es malo para el Atlético visto lo visto en el terreno de juego, máxime teniendo en cuenta que jugaron con uno menos el último cuarto de hora por expulsión de Tiago, pero ahora toca buscar la remontada en El Calderón.
Fue como si el equipo de Schmidt, de trayectoria irregular en la Bundesliga, mutase para este partido como lo hace un camaleón: adaptándose al entorno y a las circunstancias. Pasaba por ahí el Atlético, y a ello se puso. El conjunto madrileño nunca estuvo cómodo sobre el terreno de juego, sus futbolistas no brillaron y se notó la importante baja de Koke.
Sí se sabía que el conjunto de la Cuenca del Ruhr gustaba de presionar arriba y salir escopetado hacia la portería rival, y cumplieron con la misiva. El objetivo era claro: el Atlético no podía pasar del centro del campo, ya fuese buscando la falta o por el buen trabajo de Bender y Gonzalo Castro en el centro del campo, que ganaron la partida a Gabi y Tiago. Así las cosas, el partido estaba lleno de interrupciones y sólo un magnífico disparo de Spahic, que fue a parar a la misma cruceta de la portería Moyá, sacó al partido de esta rutina.
Los últimos minutos de la primera parte se cobraron dos cambios por parte del Atlético, que tuvo que sustituir a Siqueira y a Saúl, lesionados. Gámez y Raúl García entraron al campo, y el primero tuvo la papeleta de procurar parar a Bellarabi, cosa que no pudo lograr Siqueira. Poco después, el descuento se convirtió en un festival de saques de esquina con dos para el Bayer y uno para el Atlético que concluyó con una volea de Tiago que Leno salvó con una mano prodigiosa.
Los inicios del segundo tiempo daban la impresión de que el Atlético se había sacudido en cierto modo la presión germana, pero fue entonces cuando llegó el gol del Bayer: Bellarabi dejó de tacón a Çalhanoğlu quien, con un buen gesto técnico cambiándose el balón de pie y con un potente disparo, batió a Moyá en el único tanto del partido. Junto a Heung Min Son, la línea de mediapuntas teutona le dio la noche al Atlético. Simeone reaccionó al gol agotando los cambios a casi media hora del final al dar entrada a Torres por un Arda que no tuvo su mejor día.
Fue precisamente Torres quien tuvo una clara ocasión que envió a los pies de Leno, y el Bayer aprovechó el contragolpe de esa misma jugada para que Drmić tuviese la suya y Moyá desbaratase sus planes. Había partido, pero poco después Tiago vio la segunda amarilla y el Atlético vio que la mejor opción era llegar vivo a la vuelta. El portugués no estará en la vuelta como tampoco lo estará Godín, que estaba apercibido y fue de nuevo sancionado.
Con uno más, Schmidt dio entrada a Kießling y buscó la sentencia, pero esta no llegó y el 1-0 se antoja pequeña renta de cara a la vuelta. Eso fue lo mejor para los de Simeone: tras un mal partido en Alemania, hay vida en El Calderón.