Buen inicio del Real Madrid en esta UEFA Champions League 2013/2014, venciendo por un rotundo 1-6 a un Galatasaray que volvió a dejar patente su fragilidad defensiva. Bien es cierto que lo holgado del marcador hace más referencia a la enorme pegada del conjunto blanco, que a sus méritos sobre el terreno de juego. Siguen mostrándose muy lejos de su mejor nivel.
De nuevo comprobamos los tremendos apuros que el Real Madrid de Carlo Ancelotti tiene que pasar en los primeros compases de cada encuentro. El Galatasaray llevaba la iniciativa, y el equipo merengue hacía poco más que achicar agua. Cuando el juego pedía pausa y control, el vértigo de los jugadores blancos era atraído por los gigantes espacios a la espalda de la zaga turca. Pero los errores en el pase eran continuos, y como consecuencia el Madrid ni se encontraba cómodo, ni incomodaba a Muslera.
Esos apuros iniciales en cada partido del Madrid suelen durar el mismo tiempo que Luka Modric tarda en coger la batuta. El croata necesita que pasen los minutos para arrancar, quizás porque le cuesta lidiar ante la presión rival y tiene que esperar a que sus rivales se vayan desgastando. A medida que ha ido cogiendo el timón, y conectando con sus compañeros, el Real Madrid se ha asentado y todo ha sido más fácil.
La importancia de Isco
Isco es un recién llegado, y sin embargo ya se ha consolidado como una de las piezas clave del Real Madrid. Puede que Özil tubiera más talento puro, pero no demostró tener la regularidad, personalidad y capacidad de liderazgo del español. Isco lleva años demostrando que no se arruga en las grandes citas, y esa es una cualidad que el Madrid ha echado de menos desde hace varias campañas en sus centrocampistas ofensivos. Esta noche, de un balón largo de Di María ha sacado un control magistral para definir de forma impecable ante Muslera. Era el 0-1, un punto de inflexión en el partido.
Pero no solo fue un punto de inflexión por aportar tranquilidad para el Madrid, sino por la impaciencia e inseguridad que le acarreó al Galatasaray. El conjunto turco sigue siendo prácticamente lo mismo que vimos hace unos meses: un equipo con calidad en sus hombres de ataque, pero con una defensa esperpéntica. Indigna de la Liga de Campeones.
Y ante eso, el Madrid ha hecho sangre. Dos de Benzema -gran partido del francés- y tres de Cristiano Ronaldo para certificar una goleada que pudo haber sido mucho mayor si el Madrid se lo hubiera propuesto y el crack luso hubiera estado más acertado. Porque a pesar del hat-trick, culminado con un gol precioso, no se le vio fino. De lo contrario, se podría haber ido del Türk Telekom Arena con cinco goles tranquilamente.
Un partido accidentado
El fútbol a veces es muy cruel, o cuanto menos tiene muy mala leche. Solo así se explica que ocurran cosas como la de esta noche. Iker Casillas, que volvía a la titularidad después de varios meses, tenía que abandonar el terreno de juego lesionado a los 10 minutos. Y para mayor desgracia, lesionado de nuevo por un compañero -en esta ocasión tras un choque con Sergio Ramos-. El desconsuelo de Iker mientras abandonaba el terreno de juego era evidente. Por fortuna no parece grave, así que tendrá más oportunidades de volver a demostrar su valía.
Otro que tuvo que abandonar el césped al final de la primera parte fue Didier Drogba. Tras un salto con Pepe el de Costa de Marfil cayó en mala posición haciéndose daño en el hombro izquierdo. Una auténtica pena, porque ver jugar a Drogba sigue siendo una maravilla incluso con 35 años. La guerra que estaba librando con Sergio Ramos era preciosa.
El Real Madrid comienza con buen pie el trámite en el que se ha convertido la primera fase de la Liga de Campeones. Y por si fuera poco, su máximo rival por el primer puesto, la Juventus, no ha podido pasar del empate en su visita a Copenhague. Mejor inicio imposible para los blancos.