En el Santiago Bernabéu quedó claramente reflejada la abismal diferencia que hay actualmente entre Real Madrid y Galatasaray, con ese 3-0 que dejaba la eliminatoria sentenciada. Sin embargo, José Mourinho es consciente de que en el fútbol no puede dejarse ningún cabo suelto, así que enchufó a su equipo desde el minuto uno para saltar al terreno de juego del Ali Sami Yen con el objetivo de anotar un gol que dejase todo visto para sentencia. Ese gol lo anotó Cristiano Ronaldo en el minuto 8, y a partir de ahí el conjunto blanco se dejó llevar.
La intensidad inicial sirvió para anotar ese 0-1, y la ausencia de esta provocó que en quince minutos tontos, el conjunto merengue se viera con un inesperado 3-1 en el marcador. La ausencia de intensidad, y la gran calidad de los atacantes del Galatasaray. Porque como señalábamos tras el partido de ida, el equipo turco tiene buenos jugadores, pero fracasa en el sentido colectivo del juego. En el aspecto táctico dejan mucho que desear, y defensivamente hacen aguas.
Como decíamos, quince minutos con el Madrid desenchufado y los delanteros turcos inspirados sirvieron para dar un pequeño susto al Madrid. Un disparo de Eboué a la escuadra, una internada de Sneijder en el área definiendo a placer, y un remate de tacón de Drogba para firmar uno de los goles de la Champions.
Esta noche, Drogba le ha hecho un favor enorme a Raphaël Varane. Le ha dado un par de palmadas en el hombro y le ha dicho: “Amigo, aún te queda mucho camino por recorrer”. El de Costa de Marfil ha recurrido al libreto del buen delantero para volver completamente loco al joven francés, que ha visto cómo le sacaban los colores en dos de los goles locales. Sigue siendo uno de los jugadores con mayor porvenir del Real Madrid, y se ha ganado ser titular indiscutible en el centro de la zaga blanca con grandes actuaciones ante FC Barcelona o Manchester United. Pero, por si las moscas, Drogba le ha vuelto a poner los pies sobre la tierra. Con 19 años, siempre hay mucho por aprender.
Cuando llegó el 3-1 y el margen de error quedó muy trastocado, el Real Madrid demostró que todo era fruto de la mencionada falta de intensidad. El equipo volvió a coger las riendas del partido, liderados por un Luka Modric que entendió que era el momento de dejar que muriera el encuentro dominando la pelota y dejando que el tiempo se consumiera. Además de esto, Mourinho hizo un par de cambios y el Galatasaray perdió su fiereza. De hecho, vio cómo Cristiano Ronaldo, para variar, daba el carpetazo definitivo a la eliminatoria con su undécimo gol en esta Liga de Campeones.
Plácida eliminatoria para el Real Madrid, como era de esperar en cuanto se supo quién sería su rival en cuartos de final. No ocurrirá lo mismo con el sorteo de las semifinales, donde ya no habrá peritas en dulce. Toque quien toque, planteará una dura batalla. Será el tercer intento del Real Madrid de Mourinho para acceder a la final de la Liga de Campeones.