lucas vazquez

De un tiempo a esta parte Lucas Vázquez ha sido carne habitual de meme. A sus 29 años, el gallego siempre ha sido un blanco fácil tanto para aficionados como prensa, que no han dudado en dar a entender que no reúne los requisitos en cuanto a calidad para jugar en el Real Madrid. Pero su condición de canterano y, sobre todo, su incansable trabajo ―a veces mejor, a veces no tanto― siempre que salta al verde han peleado por contradecir a los críticos. Me recuerda un poco a lo que le pasa a Sergi Roberto en el Barça, donde muchos se preguntan también si realmente tiene nivel para pertenecer al cuadro azulgrana. El de Reus calla y rinde, en una posición que no es la suya, mientras pasa el tiempo y éste se encarga de darle la razón.

El paralelismo entre Lucas Vázquez y Sergi Roberto se ha maximizado en las últimas semanas con la reconversión del primero a lateral derecho. Casi por accidente, su primera aventura en defensa tuvo lugar ante nada menos que el Barcelona, en el Camp Nou, por la lesión de Nacho, otro multiusos que tuvo que ocupar esa posición por las lesiones de Carvajal y su sustituto natural, Odriozola. El ex del Espanyol rindió a las mil maravillas por banda derecha, erigiéndose como un perfecto carrilero, correcto en tareas defensivas y notable en las subidas por ese flanco. Merecidamente, se ganó los elegíos.

En una temporada en la que el Real Madrid se ha deshecho de Achraf, que fue traspasado al Inter tras brillar en el Borussia Dortmund, Zidane tuvo que ingeniárselas para cubrir una posición en la que todos sus efectivos estaban entre algodones. Y el comodín Lucas Vázquez no le falló. Tras destacar en el clásico, volvió a ocupar el lateral ante el Gladbach, el Huesca (dio una asistencia) y anoche, ante el Inter (3-2). Sí que es cierto que el segundo tanto de los italianos, de Perisic, llegó porque el croata le ganó la posición a Lucas, pero es precisamente en situaciones adversas cuando debe llegar el reconocimiento. Ni mucho menos fue un error grave y mucho menos cuando es compensado por un rendimiento más que meritorio. Porque Lucas tiene vocación ofensiva y, cuando puede, que no son pocas veces, se incorpora al ataque. Demuestra tener fondo, tener físico y piernas para marcarse un eslalon y llegar a la línea de fondo del área contraria y, acto seguido, correr hacia la suya para defender la contra rival.

Lucas Vázquez se ha convertido en una perfecta solución a los contratiempos defensivos, siguiendo la estela del citado Sergi Roberto o, quién sabe, Jesús Navas. El del Sevilla puede ser el espejo en el que mire el madridista si quiere seguir mejorando sus condiciones defensivas, aunque quizá su nueva vida defensiva sea transitoria y regrese a la rutina cuando regrese Carvajal u Odriozola. En cualquier caso, Zidane y el madridismo ya conocen otro registro de un futbolista que nunca rechista, que jamás se queja y que se desvive por un escudo que ha defendido desde que tiene uso de razón.

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Fernando Castellanos

Periodismo deportivo. En NdF desde 2006. Hacer todo lo que puedas es lo mínimo que puedes hacer. [ Twitter]