Ya está aquí. Ahora sí que sí, se viene lo bueno de la temporada. Se acabaron los pronósticos de hace unos meses en los que asegurábamos que hasta febrero quedaba un mundo y que hasta entonces habría que ver cómo llegaban los equipos a las eliminatorias clave de la temporada. Barcelona, Real Madrid y Atlético encaran unos octavos de final de la Champions League en un buen momento. Cada uno a su manera, pero mentiríamos si dijéramos que lo hacen con dudas ante sus respectivos rivales. Los tres representantes españoles en la máxima competición europea comparten el mismo número de puntos en la clasificación de la Liga, son los tres mejores y de esa pelea saldrá el campeón. Esa autoridad en el campeonato doméstico toca trasladarla al Viejo Continente. Con rivales con cara y ojos. De envergadura.
Barça-City: ¡al ataque!
La entidad del rival no deja lugar a dudas: con Pellegrini han conseguido distinguirse. Si con Mancini el City era volantazos, con el chileno la conducción parece segura. El Barça llega tras arrasar al Rayo y con jugadores como Messi y Cesc en estado de gracia. Quizá falte la confirmación de Iniesta y que Neymar se siga creciendo. A todas luces, un partidazo en el Etihad, aunque no esté Agüero.
El Atlético, ante las individualidades del Milan
En la visita a San Siro lo más imponente es el nombre del histórico rival, un cuadro en horas bajas que divaga temporada tras temporada sin una idea clara de proyecto y de fútbol. A Allegri le hicieron un favor dándole matarile tras salvar los muebles año a año a pesar de despiezarle la plantilla y con la llegada de Clarence Seedorf se pretende una vuelta a los orígenes en una apuesta claramente arriesgada de la directiva rossonera. El Milan es noveno, con 32 puntos, a casi la mitad que el líder (la Juve, con 63) y su fútbol colectivo es anodino. Individualmente hay talento: de Ballotelli a Kakà pasando por dos recién llegados como Honda o el intermitente Adel Taarabt. Insuficiente, no obstante, y partiendo de la teoría, para tumbar un conjunto tan compacto como este Atlético que no se conforma con rebelarse en la Liga.
¿Trámite para el Real Madrid?
Pero otros con un papel secundario como Modric o Di María también se encuentran en estado de gracia. Benzema, del que ya no se discute ni su apodo, también está de dulce. Todos parecen adaptados a la idea futbolística de Ancelotti, que ha devuelto la paz social al madridismo y es de agradecer. En Gelsenkirchen se aferran a la desfachatez de Julian Draxler y a los goles de Huntelaar para lograr lo que parece un imposible.
Barça, Atlético y Real Madrid tienen a su favor el hecho de jugar la ida de estos octavos a domicilio, por lo que la vuelta la disputarán en el Camp Nou, Vicente Calderón y Santiago Bernabéu. Una buena oportunidad, por si la cosa se tuerce esta semana, para tratar de estar entre los ocho mejores de Europa.