Isco protagonizó una venganza descafeinada

El Real Madrid daba a conocer durante la tarde del miércoles una baja de última hora para el enfrentamiento con el Borussia Dortmund. Ángel Di María se quedaba fuera de la convocatoria por una gastroenteritis. Todo apuntaba a que Illarramendi sería de la partida, pero Carlo Ancelotti fue valiente y otorgó la vacante en el once a Isco. Mucho se ha hablado de las dificultades del técnico italiano para encajar al malagueño en el 4-3-3. Él es un mediapunta nato, y la posición de volante requiere una capacidad física, táctica y defensiva de la que Isco no puede presumir. Sin embargo, ante el Borussia, firmó una de sus mejores actuaciones como madridista.

El dominio evidente del Real Madrid en la primera parte, se explica con la labor de ese centro del campo conformado por Xabi Alonso, Modric e Isco. Nadie presionaba al tolosarra, por lo que la salida de balón madridista era fácil y clara, con Modric e Isco creando espacios y aportando opciones muy abiertos en banda, y Benzema bajando a recibir por el centro. El Madrid jugaba con su habitual ritmo pausado, sin arriesgar el balón. Modric superaba fácilmente la presión de Sebastian Kehl a base de quiebros, y se encontraba galopando hacia el área de Weidenfeller sin oposición, con espacios y un rival descolocado. La excelente labor de Hummels a base anticipaciones y cruces, evitó que el resultado fuera mucho más catastrófico para el conjunto alemán que ese 3-0 final.

Aunque el Borussia compitió de una forma bastante decente, no se puede negar que es un conjunto muy debilitado respecto al del año pasado. No en su planteamiento, ni en su plan de juego, pero si en las piezas que lo desempeñan. Aubameyang y Mkhitaryan nada tienen que ver con Lewandowski y Götze. El polaco sí que podrá estar en el partido de vuelta, y las leves opciones -siendo optimistas- del Borussia pasarán por él. Él es la estrella, por lo que su simple presencia ya cambia la mentalidad del equipo. Pero también supone una opción de juego para sus compañeros, como referencia en el ataque, a la que anoche echaron de menos. Porque el Borussia demostró que no se le ha olvidado contragolpear, pero echaron en falta ese nueve polaco que fija a los centrales y sirve de apoyo para las salidas en velocidad de Reus y compañía.

En la segunda parte el Madrid se replegó y apostó por el contragolpe. El Borussia adelantó líneas, jugó más junto, y llegaron así sus mejores minutos. Brilló entonces la zaga madridista, liderada por un Pepe antológico, que recordó que sigue siendo uno de los mejores centrales del mundo. Buen papel también de Carvajal, tras una semana complicada por su actuación ante Barcelona y Sevilla, y de Coentrao, que logró que nadie echara de menos a Marcelo. Aunque siempre es objeto de críticas, a mí me sigue pareciendo un lateral de tremendas garantías.

El próximo martes, con la Südtribüne como testigo, el Real Madrid deberá sellar su pase a las semifinales por cuarta temporada consecutiva. Aunque el 3-0 es casi definitivo, los jugadores recordarán lo acontecido hace un año para no saltar al césped relajados. Menos aún con Lewandowski delante, que ya sabe lo que es meterle cuatro goles al conjunto blanco en Europa. De todos modos, Ancelotti y sus pupilos han logrado un margen que les permitirá centrarse plenamente en la final liguera de San Sebastián, mientras sus dos rivales por el título tendrán que partirse la cara el próximo miércoles en el Vicente Calderón.

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Daniel Iglesias

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