Todo aquel que ante la eliminatoria entre Manchester United y PSG no tuviera un mínimo de fe en el cuadro dirigido por Ole Gunnar Solskjaer frente al de Thomas Tuchel seguramente esté faltando a la verdad. Porque si bien es cierto que sobre el papel los franceses partían con ventaja, las bajas de dos de sus pilares como Neymar y Cavani, y las dudas en la zona de máquinas, unido al gran momento de los red devils, habían provocado que las sensaciones en torno a este cruce de octavos se igualaran.
Sin embargo, bastaron 90 minutos para dejar claro que pese a las ausencias, el multimillonario proyecto de Al-Khelaifi también puede funcionar en Europa y en uno de los escenarios que más impone, como es el Teatro de los Sueños. El PSG asaltó Old Trafford y lo hizo con un triunfo en el que Verrati puso la coherencia en todas sus acciones y Mbappé, sin la presencia de sus dos mejores complementos, la magia. El delantero cerró un marcador (0-2) que abrió Kimpembe, ya en la segunda mitad.
Y es que durante los primeros compases hubo síntomas por parte mancuniana de querer ir a por la victoria. Un hecho que se fue desvaneciendo conforme pasaban los minutos. Con Pogba neutralizado, buscándose a sí mismo y poco a poco desquiciándose en un partido que no podía ser mejor test para evaluar su incidencia en el juego de su equipo, el centro del campo pasó a ser poco a poco de los parisinos, que sin tener que generar muchas ocasiones, sí dejaban entrever lo que sucedería en la reanudación.
Con Verratti comandando el centro del campo y Marquinhos fundiendo los plomos de Pogba, la visión y las decisiones del italiano en la parcela ancha se fueron imponiendo. A ello se unió el paso adelante de los de Tuchel y la desconfianza de los de Solskjaer, que no hay que olvidar que llegaban a este envite sin haber perdido ninguno de sus últimos once duelos. En un córner, apareció como una exhalación Kimpembe, seguro atrás y efectivo arriba, para romper el cero a cero y los esquemas del United.
Con ventaja en el tanteador el PSG se propuso seguir nadando pero sin guardar la ropa. Siete minutos más tarde una incursión por el flanco izquierdo de Di María lo convirtió en gol Mbappé, seguramente el mejor jugador del mundo en menos de un lustro, para dejar encarrilada la eliminatoria. El triunfo pudo ser mayor en el plano goleador pero a la ventaja del resultado se le une al cuadro galo la baja para la vuelta de un Pogba que, frustrado, terminó en la caseta antes de tiempo.