Un Atlético para el recuerdo

Ya la hemos liado: habrá final española en la Champions League. Y los dos, de Madrid. Porque Real Madrid y Atlético han jugado muchos derbis, pero este será más grande que ninguno. Muchos esperaban la confirmación en Stamford Bridge de que el Chelsea solventaría en casa la eliminatoria tras la guardia pretoriana que impuso a orillas del Manzanares, pero pocos se acordaban de que a este Atlético le sale todo, porque a este Atlético nos le han cambiado. El club colchonero se ha plantado en la final de Lisboa y lo ha hecho a lo grande, con punto de saque directo: 1-3 en Stamford Bridge y una segunda mitad para el recuerdo. Tal estaba escrito que hoy sería la noche del Atlético de Madrid que hasta el gol del Chelsea lo hizo el Niño Torres.

Ambos entrenadores animaron la previa con movimientos inesperados en el tablero: Simeone decidió dar entrada a Adrián, jugador de mente fría y juego al raso, protagonista en su día al lado de Falcao y hoy actor secundario en la obra del Cholo. Por su parte, Mourinho dio la tarde a los encargados de dibujar el once en los medios con la inclusión de Ivanovic, Azpilicueta y Ashley Cole. ¿Defensa de cinco con Ivanovic de central? ¿Cole más adelantado? Finalmente Azpilicueta jugó por delante de Ivanovic en la banda derecha (¿se dice falso extremo derecho?) consciente el técnico portugués de que Filipe es un peligro y uno de los mejores laterales zurdos de la actualidad.

Pero la gran novedad en el once del Chelsea respecto a la ida fue la recuperación de Hazard, que demostró por qué es uno de los mejores futbolistas de la Premier. Acostado a la izquierda, fue un incordio para Juanfran y un alivio para Torres, quien encontró un aliado en su objetivo. Pero el primer susto lo propinó el Atleti con un centro-chut de Koke que fue a parar al larguero de Schwarzer, que se ha visto metido en un berenjenal inesperado a sus 41 años.

Torres y las grandes citas

Tras el recital de solvencia defensiva mostrado por el Chelsea ante Atlético en la ida y contra el Liverpool el pasado domingo, esta vez ante su público y con la necesidad de marcar se esperaría un Chelsea más agresivo en ataque, y sin alardes lo fue. Torres no estuvo tan solo en ataque y Hazard y Willian impregnaban peligro en sus acciones. Ya había avisado David Luiz de chilena, ese futbolista ciertamente inclasificable, pero el gol llegó cuando Willian, fino estilista en Donetsk y hoy gladiador de Mourinho capaz de meterse en el área a defender, se la lió en el córner a Godín y Filipe con un gran movimiento para que Azpilicueta sacase tajada con un centro al área que Fernando Torres envió a la red. No lo celebró: su corazón es rojiblanco. Siempre criticado, habitual del ojo del huracán, Torres volvió a responder en un partido de altura.

Quedaban diez minutos para el final de la primera parte y el Chelsea se postulaba para viajar a Lisboa: a ver quién le hace un gol ahora a los de Mou. Pero este Atlético de Simeone vive de lo imposible, y la apuesta del argentino en el once, Adrián, marcó el tanto del empate y el gol que ponía provisionalmente al cuadro madrileño en la final. Nació con un pase de Tiago al espacio, antiguo jugador del Chelsea parece hace una vida, Juanfran centró desde el lateral y Adrián no desaprovechó el presente tras pasar el balón entre los zagueros del Chelsea. No entiendo bien lo que hizo Ashley Cole: podría haber despejado, pero quizá temió enviar el esférico a su propia portería debido a su posición y retiró la pierna. Sin embargo, el balón terminaría igualmente en las mallas inglesas.

Conquistar Stamford Bridge

Se esperaba la reacción blue y Courtois tuvo que hacer acto de presencia para despejar un remate de Terry, pero el segundo tiempo se escribió con la tinta de este Atlético para la historia. A los pocos minutos del segundo acto entró Eto’o por Cole en una clara apuesta ofensiva del técnico luso, y el camerunés sería protagonista pero no de la forma que se esperaba. Un gazapo suyo en el área propia, más concretamente casi al borde de ésta, propició llevarse por delante a Diego Costa en un penalti evitable. Sería el propio brasileño el encargado de ejecutarlo, y tras un par de minutos un tanto surrealistas en los que el balón no quiso acomodarse en el punto de penalti (en la imagen se veía que no quería quedarse en el punto alto que siempre buscan los lanzadores), el árbitro mostrando la amarilla al brasileño por la demora y éste encarándose con algún que otro rival, finalmente el lanzamiento fue implacable y el 1-2 subió al marcador significando un paso de gigante hacia una nueva final, cuarenta años después de la primera y última.

No se rindió el Chelsea, pues eso no está en su costumbre, y David Luiz volvió a generar peligro con un cabezazo al poste; el balón fue a parar a un atónito Courtois, que se quitó el balón de encima como pudo y lo envió a córner. Demba Ba, el héroe ante el PSG, y Schürrle entraron en el campo para dar forma a la remontada londinense, pero todo atisbo de la misma se quedó en la nada cuando Arda Turan marcó el tercero tras un disparo que Schwarzer envió al larguero, aprovechando el mismo futbolista turco el rebote para marcar y certificar el sueño de la final europea en un año inolvidable.

Con Mario Suárez y Koke protagonizando un magnífico partido en el centro del campo, los veinte minutos restantes se consumieron entre la resignación inglesa y el dominio rojiblanco, con la única mala noticia de las molestias de Diego Costa. El partido llegó a su fin y con él la euforia atlética. De nuevo el Atlético, campeón de la Europa League en dos ocasiones y Supercampeón ante el Inter y el mismo Chelsea, volvía a mostrarse intratable en el Viejo Continente en la competición que le falta, y el Real Madrid que arrasó en Múnich tendrá un durísimo rival en la final de la Liga de Campeones. Sí, el Atlético de Madrid. Qué añito del Atleti.

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Gabriel Caballero

Periodista
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