Chelsea 2-1 Benfica: El Príncipe es azul

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Ya tenemos Campeón de la UEFA Europa League 2012/2013. El Príncipe es azul y se llama Chelsea FC, que derrotó al SL Benfica por 2-1 en una gran final en la que se adelantaron los ingleses por medio de Fernando Torres y que Cardozo, desde los once metros, igualó. Pese a la superioridad lisboeta en el primer tiempo y en parte del segundo, su rival utilizó las armas que le caracterizan para asestar el mazazo final en el minuto 92, segundos antes de que el colegiado señalara la final del partido, ya que se habían agregado tres minutos al encuentro. El Ámsterdam Arena fue testigo de una buena final en la que el Benfica volvió a quedarse con la miel en los labios y en la que el Chelsea, vigente campeón de la Champions League, reeditó su gloria europea. Un broche perfecto en el adiós de Rafa Benítez de Londres, que no realizó ningún cambio durante todo el partido y que confió en las armas de los suyos para lograr la machada. Tres españoles más, Mata y Azpilicueta, además de Romeu, lesionado, pueden presumir de ser también príncipes del Viejo Continente. En el lado opuesto está Rodrigo, que pese a cuajar un buen encuentro, saboreó la tristeza que provoca una derrota.

El Chelsea salió de la partida con Lampard de titular. La del inglés era la principal duda de Rafa Benítez una vez confirmada la baja de Hazard. Se suponía que Moses saldría de la partida, pero fue finalmente el centrocampista quien acompañó a David Luiz en el doble pivote. En el Benfica el español Rodrigo también salió en el once inicial y Cardozo, máximo artillero de las águilas en la competición, ocupó la punta de lanza en detrimento de Lima. Con esas premisas arrancó un partido en el que se suponía que el Chelsea iba a llevar la iniciativa pero en el que en realidad fueron los lisboetas los que salieron con todo, a morder. La motivación portuguesa, dejando a un lado la derrota del fin de semana ante el Oporto, pilló por sorpresa a su rival, agazapado y viendo como a los dos minutos un remate de cabeza advertía de sus intenciones a Cech. Con la posesión a su favor, pisaban área con cierta facilidad y producto de esa superioridad llegaron jugadas fabulosas, como una eterna combinación que no terminó en gol por poco, ya que el disparo de Nico Gaitán se marchó a las nubes. Al cuarto de hora la sangría defensiva londinense en su máxima expresión estuvo cerca de encajar el primero tras una falta ensayada del Benfica que incomprensiblemente nadie acertó a rematar. Serio atrás, inspirado arriba y motivado, el cuadro de Jorge Jesus arrancó la final como una exhalación.

De hecho, el primer disparo del Chelsea no llegó hasta superado el minuto 26. Fue un disparo desde la frontal de Oscar que Artur logró atajar. Minutos antes, las fuerzas se habían igualado. El Chelsea comenzó a animarse y aunque quizá pecando mucho de los balones largos, logró equilibrar la posesión y empezar a aproximarse con cierto peligro en el área contraria. Ese juego directo, obligado por el buen trabajo atrás del Benfica, dejaba en un segundo plano las incursiones de Mata, por no hablar de su referente ofensivo, Fernando Torres. Con ambos aislados, con Lampard haciendo prácticamente las veces de central y un Ivanovic quizá no del todo cómodo en el puesto de central izquierdo, una falta del serbio propició un nuevo acercamiento de las águilas. Sin embargo, a balón parado, Cardozó estampó el balón con la barrera azul. En ese contexto el Chelsea se sentía como pez en el agua. Sobre todo, porque su rival no daba pie con bola de cara a puerta. Gaitán, de nuevo, tuvo en sus botas la posibilidad de adelantar a su equipo, pero su lanzamiento con el exterior, además de flojito, se marchó fuera. A punto de romper el cántaro se quedó un obús de Lampard en el 38’ que detuvo de manera portentosa Artur. El ayer capitán blue volvió a intentarlo con un libre directo en el descuento que se marchó alto. Al camino de los vestuarios se llegó con un Benfica mejor y con un Chelsea al que el resultado, pese a todo, acompañaba.

El doble cero en el electrónico del Ámsterdam Arena obligaba a ambos equipos a tomar medidas. Pese a que la segunda entrega volvió a iniciarse con un confiado Benfica, donde la fluidez en la circulación de la bola volvía a ser portuguesa, los de Rafa Benítez no se echaron tanto atrás, buscando el desequilibrio por medio de un juego más pausado. No obstante, fue un gol de Cardozo que el colegiado anuló (bien) por fuera de juego del paraguayo y un remate de Salvio las ocasiones más claras en los primeros compases. Como no podía ser de otra forma, el equipo que más perdonó fue quien recibió la primera en la frente. Ocurrió segundos después de la ocasión del argentino. Cech sacó con su mano, el balón se paseó por el centro del campo y acabó en las botas de Fernando Torres, que se deshizo de Luisao y a su más puro estilo dribló a Artur para situar el 1-0 en el marcador. Otra vez el Niño, como en las grandes ocasiones. El tanto sentó como un jarro de agua fría al Benfica, que a renglón seguido realizó una doble sustitución. Se marcharon Rodrigo —menos efervescente que en la primera parte— y Melgarejo y entraron Lima y John. Un cambio de rumbo ambicioso y peligroso a la vez, pero a Jorge Jesus no le quedaba otra si quería darle la vuelta a la eliminatoria. El efecto fue inmediato, pues un remate con la testa del delantero brasileño golpeó en la mano de Azpilicueta, dentro del área. Desde el punto fatídico no falló Cardozo (1-1), que confirmó su condición de pichichi de la Europa League con su séptimo tanto en nueve encuentros.

Al tramo final del partido se llegó con un Benfica espoleado por el empate y un Chelsea incapaz de trenzar jugadas ofensivas. Cech intervino en un disparo con la zurda de Cardozo a falta de diez minutos que tenía visos de golazo. En ese momento los lusos ya habían agotado sus tres cambios. Garay, lesionado, tuvo que ceder su puesto a Jardel. Mientras tanto, Benítez no movía ninguna de sus piezas en busca de la puntilla o, quién sabe, esperando la prórroga para realizarlos. No le hizo falta. Un tímido lanzamiento muy lejano de Azpilicueta en el 85’ fue respondido por un remate de cabeza lisboeta que atajó Cech. Segundos después, en el 87’, Lampard envió a la madera un zapatazo con la diestra que a punto estuvo de decantar el título. Con el partido loco, con ambos llegando a las áreas en busca de lo mismo, Lima trató de desequilibrar el marcador con otro zambombazo que se marchó fuera. El descuento, de tres minutos, llegó y con él, la sentencia. Fue en un saque de esquina, en el 90+2, ese alargue que al Benfica el otro día se le atragantó, y que volvió a ser su cruz. Un imperial salto de Ivanovic decidía la final. Un remate perfecto que cortó las alas de las águilas y que dejaba, de nuevo, con cara de amargura a Jorge Jesus, sus pupilos y sus aficionados. Cardozo pudo aprovecharse de un fallo del propio defensa goleador en el 94’, pero ya era tarde. El fútbol es esto. El Benfica llevó el cántaro a la fuente y el Chelsea, una vez más, lo rompió. Con Rafa Benítez y Fernando Torres de protagonistas, el príncipe de Europa es azul. Congratulations!

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Fernando Castellanos

Periodismo deportivo. En NdF desde 2006. Hacer todo lo que puedas es lo mínimo que puedes hacer. [ Twitter]