Suicidio en el Calderón

AtleticoRubin

Veinte partidos después, el Atlético de Madrid vio cortada su racha de victorias en el Vicente Calderón. El verdugo fue un Rubin Kazán que tiró de casta y oficio para lograr un botín de 0-2 para el partido de vuelta que pone las cosas muy difíciles a los pupilos del ‘Cholo’ Simeone.

El Atlético se encontró en el minuto 5 con el peor escenario posible dadas sus características: un gol en contra. Karadeniz fue el autor tras aprovechar un mal despeje de Asenjo ante el disparo de Rondón. Un mazazo para el conjunto rojiblanco que no fue capaz de despertar de su letargo hasta el inicio de la segunda parte, ante un rival con diez futbolistas por expulsión en el minuto 45 de Sharonov.

Pero el conjunto colchonero no estaba cómodo. El Rubin, consciente de su ventaja en el marcador e inferioridad numérica, retrasó sus líneas de forma definitiva con la única intención de defender su ventaja. Como consecuencia, el fútbol del Atlético se ahogó. Los del Cholo basan su éxito en la intensidad y el aprovechar espacios. Buscan el error del rival a través de la presión, y una vez roban buscan la portería rival de forma directa y veloz. Pero ante un rival que se desentendía del esférico y que no otorgaba ningún espacio, los atacantes del Atlético se vieron ahogados y sus centrocampistas incapaces de elaborar el juego.

Y eso que hubo ocasiones para marcar por simple insistencia, como un disparo al larguero de Falcao, y sobre todo un remate de Adrián de cabeza prácticamente sobre la línea de gol que inexplicablemente envió fuera. El asturiano sigue muy lejos del nivel que demostró la pasada temporada.

Con el tiempo de descuento ya prácticamente cumplido, un saque de esquina a favor del Atlético desembocó en el mazazo final. El ‘Cholo’ se dejó llevar en exceso por su espíritu osado y pidió a Asenjo que subiera al remate, suponiendo que en el peor de los casos el colegiado pitaría el final. Pero el despeje de la defensa dejó tan claramente conformado el contragolpe ruso y sin oposición, que se tuvo que permitir la jugada. Una jugada en la que también falló Juanfran por intentar aguantar al jugador que conducía el balón en lugar de hacerle una falta clara.

Pero es evidente, como él mismo reconoció tras el encuentro, que el máximo culpable es Simeone por desmerecer el partido de vuelta. Con 90 minutos por delante, un 0-1 era un resultado perfectamente remontable para un Atlético de Madrid que está mostrando su mejor cara en mucho tiempo. Pero con un 0-2, ante un equipo tan correoso como el Rubin, la remontada es prácticamente una quimera.

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Daniel Iglesias

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