Si quedaba alguna duda acerca de quién es el máximo aspirante a hacerse con la Premier, el Chelsea de Conte despejó la incógnita en Stamford Bridge ante el Arsenal. Suponía la visita del conjunto de Wenger su penúltima oportunidad de subirse al carro del título, pero el Chelsea puso en marcha la maquinaria para hacer valer su superioridad, llevarse la victoria por 3-1 y aumentar su ventaja sobre los gunners en 12 puntos. Marcos Alonso, Eden Hazard tras dejar atrás a todo rival que le salió al paso desde el centro del campo y Cesc, nada más saltar al campo, fueron los autores de los goles de un equipo en el que funcionaron bien todas sus líneas: esta Premier tiene un claro tinte azul.
Y eso que los gunners salieron con la idea de asaltar Stamford Bridge haciendo valer sus armas, teniendo el balón y tratando de llevar las riendas del choque. De hecho, un despiste de Courtois con los pies acabó con la pelota en los pies de Iwobi, que tuvo la primera oportunidad al marcharse fuera su disparo cuando trataba sutilmente de colocarlo junto al palo. Un espejismo, pues no tardó el Chelsea en ejecutar sus peligrosas contras y, en una de ellas, Diego Costa remató de cabeza al larguero, dejando suspendido el balón en el aire tras el rebote al que acudieron Marcos Alonso y Bellerín, llevándose la peor pate este último: el ex de la Fiorentina acudió con tanto ímpetu al remate de cabeza que dejó el balón en la red y a Bellerín en el suelo tras noquearle con el brazo, hasta el punto de que hubo de ser sustituido por Gabriel Paulista privándonos del duelo entre los dos laterales españoles en la banda.
Tras el gol, el Arsenal no supo reaccionar y el Chelsea se dedicó a hacer su partido: Matic y Kanté hicieron suyo el centro del campo y Pedro y Hazard, ayudados por Diego Costa, lanzaban las contras con velocidad. Ni Özil ni Alexis aparecieron en el ataque gunner, lo que penalizó en demasía a un equipo visitante que se vio superado hasta que tímidamente volvió a acercarse al área rival al final del primer acto, cuando Gabriel remató de cabeza centrado, lo que permitió a Courtois despejar el disparo. También Özil lo intentó con una buena jugada, pero su disparo no estuvo a la altura, fácil para el guardameta.
El mejor Hazard
El segundo tiempo reafirmó el dominio del equipo de Conte. David Luiz, Cahill y Azpilicueta tenían controlada su zona, Moses y especialmente Marcos Alonso dominaban la banda y Matic y Kanté se hacían con todo balón que pasaba por el centro del campo: si al serbio le apodan el pulpo, Kanté sería el kraken. La guinda la puso Eden Hazard, que a su buen partido añadió uno de los goles de la temporada: cogió el balón en el círculo central y se deshizo, en un alarde de potencia y clase, primero de Coquelin y después de los centrales, que vieron impotentes cómo el belga batía a Cech en el mano a mano.
El Arsenal trató de reaccionar quemando las naves y dando entrada a Giroud y Welbeck, pero cuando lograba zafarse de la tela de araña blue se topaba con Courtois, que resolvía con eficacia los escasos acercamientos del rival. Wenger, sancionado en la grada, hablaba por el pinganillo con sus asistentes pero la señal no llegaba a lo que ocurría en el centro del campo. La puntilla la dio uno de sus más aventajados alumnos: Cesc saltó al campo sustituyendo a Hazard y al poco de entrar, un grave error de Cech con los pies dejó el balón al exbarcelonista, que alojó la pelota en la red con un medido toque. Erró el portero checo en el estadio donde tantas alegrías dio, mientras que el centrocampista español no celebró su tanto ante los que fueron los suyos.
Igualaba así el Chelsea el resultado con el que el Arsenal les derrotó en el Emirates en la primera vuelta allá por septiembre, pero Giroud, tras un buen centro de Monreal desde la izquierda, hacía el único gol de su equipo en el descuento. Insuficiente premio en un partido que sirve al equipo de Conte para consolidar su dominio y dejar atrás al que se presuponía como uno de sus mayores rivales: nadie le sigue el ritmo a este Chelsea.