El ejemplo del Manchester United es una muestra más de lo imprevisible que puede llegar a ser un deporte como el fútbol. Después de firmar la peor temporada de los últimos 25 años, los Red Devils fueron uno de los grandes agitadores del mercado de fichajes. De la mano de Louis Van Gaal desembarcaron en Old Trafford jugadores del nivel de Di María, Falcao, Herrera, Show, Blind y Rojo. Un desembolso total de 193 millones que les colocaba entre los máximos favoritos a luchar por el título liguero.
Seis meses después, el Manchester está descartado en la pelea por levantar la Premier y acabar en uno de los cuatro puestos que dan acceso a la Champions es el máximo objetivo al que aspiran Van Gaal y sus pupilos. El equipo sigue sin dar señales de fiabilidad, el juego practicado tampoco brilla por su belleza y el rendimiento de muchas de las caras nuevas está siendo decepcionante. No se aprecia una mejoría considerable para el importante esfuerzo económico realizado en el último mercado estival.
El año pasado, los Red Devils sufrieron horrores en defensa y carecieron de un organizador de juego en el centro del campo. Por eso, al inicio de esta temporada se criticó con dureza que no destinaran más dinero en apuntalar la defensa. Con todo ello, las previsiones eran que el United se hinchara a hacer goles al contar con uno de los mejores ataques del continente al mismo tiempo que seguiría siendo un equipo frágil y endeble sin balón.
Sin embargo, la situación es muy diferente a la esperada. Van Gaal ha conseguido rebajar la sangría de goles encajados (23 goles en 24 partidos). En algunos partidos, el holandés ha apostado por una zaga formada por tres centrales y dos carrileros otorgando al equipo una importante solidez defensiva. El extraordinario rendimiento de De Gea, uno de los pilares del Manchester esta temporada, también está siendo determinante ya que con sus actuaciones ha salvado al equipo en más de un partido.
El principal problema del ManU se encuentra en la falta de fluidez en las circulaciones de balón, que le impide generar ocasiones claras de gol con asiduidad. Herrera sigue sin asentarse en el equipo, Di María está lejos de su mejor nivel, Mata ha desaparecido del once y el técnico holandes ha optado por retrasar la posición de Rooney para situarle como interior. Una solución que no parece que sea la más acertada, después de todo el dinero gastado.
Juntar en un mismo once a Falcao, Rooney y Van Persie no es una garantia de nada en este Manchester. Si las posesiones no tienen velocidad ni verticalidad, es imposible que el equipo pueda exprimir el potencial de sus estrellas en los últimos metros del campo. Eso está sucediendo en el United. Siendo justos también hay que reconocer que ninguno de ellos está atravesando por su mejor momento. Son sombras de lo fueron hace no tanto. Entre los tres suman 21 goles en 24 partidos.
Los Red Devils deben estar satisfechos con el hecho de seguir vivos en la lucha por entrar en la Champions. Su juego está muy por debajo de lo que indica la clasificación. La irregularidad que está caracterizando en Inglaterra a la mayoría de los equipos les mantiene vivos en la pelea por volver a Europa, aunque es obvio que Van Gaal no debe estar satisfecho con lo ocurrido en sus primeros seis meses en las Islas. Tiene mucho trabajo por delante.