El peligro se llama Insigne

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Aquel Pescara jugaba muy bien el fútbol: no era para menos al juntar a tres de las mayores promesas del fútbol italiano. Fue el año pasado y el Delfini ascendió a la Serie A comandado por Zeman, ducho en estas lides de sacar buen rendimiento a equipos pequeños y hacerles jugar bien al fútbol. Y con Immobile, Verratti e Insigne era más fácil. Fue tal el impacto de este equipo en el Calcio que incluso Verratti, la estrella, fue incluido en una lista previa para la Eurocopa. Sin embargo, el ascenso trajo consigo la fuga de los tres: Immobile, canterano juventino y autor de 28 goles, marchó a Génova para jugar en el equipo propietario de la mitad de su pase. Insigne regresó al Napoli tras su cesión y Verratti, el único canterano del Pescara, fue transferido al PSG por 12 millones de euros tras ganar el club francés la partida a Juventus y Milan. Una fuerte suma por un jugador que no había debutado en la máxima categoría, pero una buena inversión: el centrocampista italiano se ha convertido en una de las mejores promesas del fútbol europeo. La fuga de las tres estrellas fue demasiado para un Pescara que no pudo este año mantener la categoría, pero ellos han vuelto a reunirse este verano para formar parte de la selección italiana sub 21 que se enfrentará esta tarde a España (18:00, Cuatro) en la final del torneo. Verratti es quien acapara más focos y el futbolista más destacado de la pequeña Azzurra, pero no nos olvidemos de Lorenzo Insigne, pues el jugador del Napoli está siendo uno de los mejores futbolistas del torneo.

Cuando hablamos de los futbolistas italianos de los últimos lustros nos vienen a la cabeza ciertos estereotipos: el trequartista mágico (Baggio, Del Piero, Totti), el delantero cazador (Vieri, Inzaghi, Toni), el operario del centro del campo (Gattuso, Di Biagio), el defensa inexpugnable (Maldini, Cannavaro) o el portero que no lo es menos (Buffon, Toldo). Pero Italia vive nuevos tiempos representados en la figura del centrocampista creativo, y Pirlo es el emblema de esta selección italiana o de la Juventus campeona del Calcio, y Verratti es su heredero. Insigne no es nada de lo anteriormente expuesto: tiene magia, también tiene gol, pero destaca por ser un jugador rápido, hábil, de pequeña estatura (no es más alto que Giovinco, para entendernos) que se desliza desde la banda izquierda al centro con el sigilo y el peligro de un velociraptor, y cuando tiene a la presa bien enfocada la liquida con su letal disparo con el interior del pie derecho. Su debut ante Inglaterra fue magnífico explotando todas sus virtudes aunque desacertado en la definición. No obstante fue él quien otorgó la victoria a los suyos con un tanto de falta. Ante Holanda en las semifinales, aunque no marcó, volvió a ser uno de los elementos más peligrosos del sistema transalpino.

Ante España será uno de los futbolistas a vigilar, y Montoya no tendrá un partido sencillo en el lateral derecho. Pero ocurra lo que ocurra hoy en la final del Europeo, Insigne es uno de los jugadores que hay que apuntar en la agenda. Muy ligado a Zeman en sus primeros años, primero en el Foggia y después en el mencionado Pescara, en ambos como cedido, Insigne encontró su sitio ideal en el ala izquierda del conocido 4-3-3 del técnico ítalo-checo. En el Foggia marcó 19 goles y en el Pescara 18. En su primer año en la Serie A, por fin con el Napoli, sus registros goleadores han mermado, con cinco dianas en 37 partidos (dieciséis como titular) pero dejando gratas impresiones en su primera temporada en la élite y habiendo debutado ya en la selección absoluta, con la que pudo ir a la Confecup. En un sistema distinto, el de Mazzarri, y al lado de jugadores como Hamsik, Cavani o Pandev, Insigne se ha hecho un sitio como también se lo ha hecho en esta sub 21 de Devis Mangia, manteniendo su lugar en el flanco zurdo en un esquema de dos delanteros con movilidad como suelen ser Borini e Immobile.

En San Paolo esperan que el año que viene, con Benítez, sea uno de los futbolistas importantes como se espera que se confirme su lugar de preferencia en la nueva generación italiana comandada por los Verratti, Immobile, Florenzi, Destro o El Shaarawy, ya este último con los mayores. Con el ítalo-egipcio comparte el gusto de entrar desde la izquierda, aunque ya habrá tiempo de hablar de compatibilidades en la Squadra Azzurra: con 22 años, la carrera de Insigne no ha hecho más que comenzar y hoy, ante España, tiene una de sus primeras piedras de toque.

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Gabriel Caballero

Periodista
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