Como todo hijo de vecino que haya estado medio pendiente de la información sabrá, la muerte en Estados Unidos de George Floyd ha desencadenado un sinfín de protestas y manifestaciones que, bajo el movimiento social Black Lives Matter (Las vidas negras importan), condenan el racismo y reclaman la igualdad, independientemente de la raza y el color de las personas.
A raíz de dichas manifestaciones, hace unos días fue noticia que la mujer de Aleksandar Katai, futbolista de Los Ángeles Lakers y que en España algunos lo recordarán por pasar con más pena que gloria por el Deportivo Alavés. Al cuadro vitoriano llegó en el verano de 2016 tras lograr unos buenos registros (21 goles y nueve asistencias en 33 partidos) con el Estrella Roja. Su rendimiento se redujo drásticamente el curso siguiente y ya en febrero de 2018 el conjunto babazorro lo cedió al Chicago Fire. En la MLS le fueron mejor las cosas y el extremo izquierdo balcánico terminó firmando a finales de 2019 por Los Ángeles Galaxy.
Su periplo a las órdenes de Guillermo Barros Schelotto ha sido, sin embargo, efímero. Y no por su rendimiento o por la irrupción del coronavirus y el consiguiente parón en la competición, sino por las miserables publicaciones de su esposa en redes sociales, que en plenas protestas por lo sucedido con Floyd, soltó una serie de lindezas a través de su cuenta personal de Instagram. “Ma pobij govna bre” traducido, significa, “Matar a esa mierda”.
Las inaceptables stories de Tea Katai empezaron a correr como la pólvora y la concatenación de sucesos no se hizo esperar. Aleksandar no tardó en desmarcarse de las opiniones de su pareja, condenar los hechos y responsabilizarse de sus actos en un comunicado que expresaba lo siguiente:
Esto fue un error de mi familia y asumo total responsabilidad de ello. Me aseguraré que mi familia y yo tomemos las acciones necesarias para aprender, entender, escuchar y apoyar a la comunidad afroamericana. Comprendo que llevará tiempo el recuperar la confianza de la gente de Los Ángeles. Estoy comprometido a trabajar para aprender de estos errores y ser un mejor aliado y defensor de la equidad de ahora en adelante.
Lamento el dolor que estas publicaciones pudieron causar en la familia del LA Galaxy y a todos los aliados que luchan contra el racismo”
Sólo le faltó decir que rompía con ella. La reacción por parte de su club ante la polvareda levantada fue inmediata. Primero, condenando los hechos de manera pública. Y, horas después, anunciando el fin del contrato de Katai como jugador angelino por mutuo acuerdo:
Una lección por parte de la MLS y de LA Galaxy a los intolerantes y que demuestra que no se anda con medias tintas ante un tema con tanta repercusión en la sociedad. Una decisión que incluso puede ser beneficiosa para Katai por el ambiente enrarecido que puede crear su mera presencia. Y lógicamente la de su mujer. Pero que pone sobre la mesa el debate sobre si los futbolistas tienen que ser responsables de lo que escriban sus familiares, amigos o conocidos en redes sociales.
Lo lógico sería que Tea pagase por sus publicaciones y que la empresa en la que trabaja ― si trabaja― tomase las medidas oportunas en caso de creerlo necesario. Pero que sea Katai el que de alguna manera pague los platos rotos, seguramente bajo el pretexto de poner en su boca opiniones que no sabemos si comparte o no, da que pensar. De igual manera, que la esposa de un personaje público se manifieste como lo hizo Tea, también pone en duda la cantidad de neuronas que habitan en su sesera.
Así que el debate está abierto:- ¿Debe ser despedido un deportista por culpa de las opiniones de un familiar directo, como en este caso, la mujer de Katai?
- ¿Qué punto de responsabilidad tiene un deportista sobre lo que publiquen sus seres queridos en redes sociales?
- ¿Te parece acertada la decisión de LA Galaxy de quitarse de encima a Katai (y su mujer)?
