Al limbo: ahí mandó Canales un penalti a favor del Betis en el minuto 86 y a ese mismo lugar fueron a parar, en ese preciso instante, las esperanzas de continuar en el banquillo verdiblanco de Joan Francesc Ferrer, ‘Rubi’. Todavía no era oficial, pero que terminaría destituido estaba más claro que el caldo de un asilo.
Efectivamente, la derrota (1-0) del Betis frente al Athletic Club fue la gota que colmó el vaso de la paciencia en el seno heliopolitano. Esa pena máxima, no la que sintió Canales cuando vio que su disparo se marchaba a la grada de un vacío San Mamés, hubiese supuesto un empate que, visto lo visto, seguramente tampoco hubiese sido suficiente para mantener en el cargo a un técnico con el crédito bajo mínimos desde hacía demasiado tiempo.
En este mismo escenario, hace unos días, escribía acerca de las lagunas de un Betis sin personalidad, con mimbres quizá no para pelear por estar en zona Champions quizá, pero sí para batallar por la Europa League hasta el final. Y de los problemas económicos que podría acarrear despedir a un preparador con dos años más de contrato. Como siempre, los resultados mandan y éstos han precipitado el adiós de Rubi. Ya habrá tiempo de cuadrar las cuentas.
Ahora la máxima preocupación en el Betis, más allá de las económicas, es reengancharse a una Liga en la que transita sin aspiraciones, a ocho partidos de su conclusión. La zona europea es una quimera, así que toca, aunque suene crudo, asegurar la permanencia. Aunque sean siete los puntos de colchón, torres más altas han caído tras una serie de catastróficas desdichas.
Alexis Trujillo para calmar las aguas
Así que Alexis Trujillo, el parche elegido para sentarse en el banquillo, será el responsable de conseguir dar ese golpe de timón y terminar la temporada de la manera más digna posible. El coordinador del área deportiva verdiblanca fue el encargado de ratificar a Rubi hace solo cinco días, aunque eso sí, con la boca pequeña y con condiciones ―“haremos análisis diariamente y semanalmente”―. A partir de ahora, serán autoanálisis.
Alexis, que como jugador desarrolló buena parte de su carrera deportiva en un Betis (1993-2000) en el que también fue capitán, afrontará así su segunda etapa como primer entrenador (entre 2004 y 2006 fue segundo de Serra Ferrer). La primera también fue en el Benito Villamarín, en la temporada 2016-2017, cuando fue el encargado de sustituir en el cargo a Víctor Sánchez del Amo a dos jornadas de la conclusión de ese curso. Su bagaje: sendos empates en un contexto en el que el Betis no se jugaba absolutamente nada ―ya estaba salvado matemáticamente y Europa imposible― pero que de algún modo recuerda al actual.
El apagafuegos albiverde, pues, cambiará los despachos por el césped con la única misión de evitar el descalabro con 24 puntos todavía en juego y hacer olvidar el paso de un Rubi cuyo proyecto se puede decir y no pasa nada, ha sido para olvidar: firmó por tres temporadas previo pago al Espanyol de su cláusula y se marcha sin haber cumplido la primera. Llegaron jugadores de renombre y algunas piezas como Borja Iglesias que pidió de manera expresa, y no han funcionado. Los factores en el mundo del fútbol que delimitan la fina línea entre el éxito y el fracaso son incontables. Pero si hay un denominador común en cada despido de un técnico, ese son los resultados. Y a Rubi, entre (muchas) otras cosas, ese factor no le ha acompañado.
En NdF | A este Betis se le agotan las excusas
Foto | EFE