Álvaro Morata es un delantero que no deja indiferente a nadie. Tiene su legión de fans por un lado y su necesaria turba de haters por el otro. Como sucede casi siempre, hacen más ruido sus detractores que sus defensores, y tras su fichaje por la Juventus, se ha viralizado un vídeo que recoge sus declaraciones en cada uno de los equipos por los que ha pasado.
Morata es a lo que aspira cualquier ser humano de a pie: un cumplidor de sueños. Fue su sueño jugar en el Real Madrid, también hacerlo en el Chelsea, regresar al Atlético con el que soñaba desde la infancia y hacer lo propio con el conjunto bianconero, al que ha llegado cedido por una temporada a cambio de 10 millones de euros.
Curioso porque había cumplido su sueño de jugar en el club en el que se crió, y con el que tenía contrato hasta 2023. Pero su enésima epifanía desde que es profesional se cruzó en su camino, no sabemos en qué momento, para querer abandonar el Wanda Metropolitano y volverse a enfundar la elástica juventina.
No son pocos ―haters― los que se preguntan cómo un futbolista de sus características se ha convertido en el cuarto que más millones ha movido en la historia del fútbol. Haciendo caso a las cifras que maneja Transfermarkt, son 189 kilos los que a lo largo de sus 27 primaveras han llevado al ariete del equipo de sus sueños a su nuevo equipo de sus sueños.
En 2014, 22 millones por su traspaso a la Juve. En 2016, 30 al hacer el Real Madrid efectiva la recompra. En 2017, el Chelsea abonó 66 para terminar cediéndolo al Atlético, en 2019, por 7, con una opción de compra de 56 que los colchoneros abonaron en enero de 2020. Ahora, su préstamo a la Juve le costará 10, pero si ejecuta la opción de compra, pagará otros 45, elevando la suma a 234, lo que le situaría en el segundo puesto del ranking, que en la actualidad encabezan Neymar (310), Cristiano Ronaldo (230) y Lukaku (212).
Morata es, y no precisamente por los números que ha movido, un delantero sobrevalorado, que goza de muy buena prensa y que no ha sido capaz de consolidarse como el futbolista que él se piensa que es. De hecho, sus mejores cifras goleadoras datan de 2017 cuando, partiendo de un rol secundario en el Real Madrid, convirtió 20 goles (0,47 por partido).
Desde entonces, bandazos y más bandazos en una carrera, con rendimiento irregular, en la que además de sus constantes sueños cumplidos, ha intervenido el factor económico y esa íntima necesidad de querer sentirse una estrella, pese a ser, a ciencia cierta, un ariete del montón. Eso no quita que en un contexto como el que le plantea Pirlo pueda seguir ejerciendo su oficio con todo el acierto que no ha tenido en sus decisiones previas ni que, evidentemente, le prive de tachar un sueño más en su lista de deseos.
