Cada verano, la misma pregunta: ¿quién liderará en el campo al Atlético de Madrid? En el Vicente Calderón ya están acostumbrados a plantearse esto bajo el sofocante calor veraniego, y observando como las piezas principales de los últimos éxitos deportivos se van repartiendo por el mercado en busca de objetivos más golosos. Este curso, sin embargo, se antojaba diferente: con la vitola de recién campeón de Liga y subcampeón de Champions, cabía esperar que la ambición que ha ido llamando a la puerta de los Falcao, Kun Agüero, Álvaro Domínguez, Forlán, De Gea y compañía, iba a mantenerse sobre el verde que tantas tardes de gloria ha brindado a los colchoneros esta temporada. Nada más lejos de la realidad.
Quizás es el año que el equipo queda más desmantelado de los últimos. Se ha marchado el seguro de vida de la portería, Courtois. El mismo destino ha tomado uno de los mejores laterales izquierdos del momento, Filipe Luis. El centro del campo queda huérfano sin el buen hacer de Tiago (de momento, sin equipo aunque podría recalar en el Valencia); y el segundo capítulo como rojiblanco de Diego tiene el mismo final, lejos del Calderón. Y una vez más, el delantero de moda en La Liga gracias a su formidable temporada en el Manzanares toma la puerta de salida como muchos otros killers hicieron anteriormente tras impulsarse con la zamarra colchonera. Diego Costa aumenta la nómina de exrojiblancos en el Chelsea de Mourinho.
Cierto es que, esta vez, el proyecto liderado por el ‘Cholo’ Simeone parece dar más estabilidad y continuidad al equipo, que nada más arrancar el curso podría sumar un título más a su palmarés, la Supercopa de España. Las llegadas de Mario Mandzukic (26 goles y 10 asistencias con el Bayern la pasada temporada) y Jan Oblak (jugó 27 partidos con el Benfica, concediendo ocho tantos) ayudan a pensar en un futuro halagüeño para el Atlético de Madrid, siempre con la incógnita de saber si los recién llegados estarán a la altura del excelente rendimiento que los que ya no están dieron para ayudar a conseguir los éxitos del pasado. Es trabajo de los que se quedan (Godín, Koke, Raúl García y compañía) de recordar a todos que no hace mucho este equipo tocó el cielo y se quedó a dos minutos del Olimpo.