El FC Barcelona ya tiene entrenador. No será Luis Enrique, como tanto se había especulado, y sí lo será Gerardo ‘Tata’ Martino, un técnico que en las últimas horas había ganado enteros respecto al preparador asturiano, con contrato con el Celta de Vigo y cuya llegada a Can Barça dependía del pago de su cláusula, de tres millones de euros. Martino llega libre después de dirigir el curso pasado a Newell’s Old Boys, al que hizo campeón del torneo Final, y después de rechazar este mismo verano propuestas de Real Sociedad y Málaga para estrenarse en los banquillos de nuestro país. Si nadie lo desmiente, el entrenador rosarino firmará para las tres próximas temporadas, coincidiendo con el fin del mandato de Sandro Rosell.
No nos engañemos: hace una semana nos dicen que el Tata iba a ser el nuevo técnico del Barça y no nos lo creemos. La precipitada marcha de Tito Vilanova ha provocado que la dirección deportiva barcelonista haya pisado el acelerador en busca de un sustituto de garantías. En las quinielas había muchos técnicos con ADN Barça: desde exjugadores hasta técnicos que a lo largo de su carrera han demostrado tener en común la filosofía que impuso hace dos décadas Cruyff, siguió Rijkaard, pulió Guardiola y prosiguió Vilanova. Martino, alumno aventajado de Bielsa, no parece encajar en la cotidianidad que había impuesto primero Pep y luego Tito, por lo que su llegada aL Camp Nou supone un cambio radical en el seno culé.
Particularmente me parece una apuesta tan arriesgada como acertada. En las últimas semanas la situación institucional del Barça se había situado en la más incómoda desde la llegada del presidente. La marcha de Abidal tras haberle prometido renovarle, el traspaso de Villa al Atlético por cuatro pesetas y, sobre todo, el cruce de declaraciones de Pep Guardiola, el presidente y Tito Vilanova había desembocado un escenario poco transitado que a lo único que favorecía era a los detractores de la entidad. Entre los guardiolistas y los rosellistas los barcelonistas se habían quedado eclipsados. Como si todo fuese blanco o negro cuando en realidad el panorama se tornaba gris. Para romper con todo, menos con el sello, llega el Tata.
Martino, y creo no equivocarme, es para muchos aficionados barcelonistas un gran desconocido. A duras penas se han informado estos días tras postularse al banquillo. Su principal virtud no es otra que no renunciar al fútbol de ataque si goza de mimbres para ello. Lo demostró en la Lepra y se quedó a medias con el combinado guaraní. En el Barça tendrá un equipo que todo entrenador sueña dirigir, aunque no todos se atrevan. Es su gran reto tras una carrera labrada en Argentina y Paraguay. También es la apuesta más arriesgada por parte de la cúpula culé: tras Pep y Tito, llega el Tata Martino, obligado dejar encantados de haberle conocido a todos aquellos que a estas horas siguen buscando su nombre en Google.
PS: El Barcelona aún no ha hecho oficial su contratación. Podría hacerlo este martes.
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