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En 2020 no habrá Balón de Oro pero sí Golden Boy. La lista de 20 candidatos para ser elegido mejor jugador menor de 21 años que otorga desde 2003 el diario italiano Tuttosport tiene entre sus favoritos a Camavinga, Ansu Fati, Sancho o Haaland, el elegido si el premio lo entregara el arriba firmante. En 17 años han sido muchos los ilustres que lo han conseguido ―Rooney, Agüero, Messi, Mbappé― y que después han cumplido las expectativas generadas siendo sub-21. En el polo opuesto encontramos otros a los que la suerte no les ha sonreído, como Pato, Balotelli, Renato Sanches o el hoy protagonista de este texto: Anderson Oliveira.

El brasileño conquistó el Golden Boy en 2008 imponiéndose a jugadores como Bale, Kroos, Özil, Pjanic, Carlos Vela y Alexis Sánchez y a otros con carreras más ‘discretas’ como Kalinic (ex del Atlético), Franco Di Santo (ex del Rayo), Simao Mate (ex del Levante) o Sidnei (Betis). En ese momento eran futbolistas que a su temprana edad parecía que iban a comerse el mundo, como hoy lo parecen tantos otros de una cadena de jóvenes de la que únicamente tendremos noticias favorables en los próximos años de unos elegidos. El resto, serán carne de cañón de textos como este, en el que se repasa la carrera de un jugador que llegó a ser denominado el ‘nuevo Ronaldinho’ ―cómo nos gusta lo de ‘el nuevo [ponga aquí su leyenda]’―.

El ‘nuevo Ronaldinho’

Pues Anderson Luis de Abreu Oliveira, alias el ‘nuevo Ronaldinho’, fue apodado así, entre otras cosas, por nacer en el mismo lugar que el exbarcelonista ―Porto Alegre― y pertenecer a la misma fábrica de talentos ―Gremio― antes de dar el salto a Europa. Su fútbol alegre, su posición en el campo, el hecho de ser brasileño y sus filigranas también tuvieron mucho que ver, aunque Anderson, a diferencia de ‘Ronnie’, era zurdo. El hype se desató a partir del Mundial sub’17 de 2005, en el que Anderson terminó conquistando el Balón de Oro como mejor jugador del torneo. El Oporto fue avispado y se hizo con sus servicios antes que ningún otro grande, en el que sería su trampolín hacia el estrellato. O estrellazo, según como se mire.

Los lusos habían pagado alrededor de 8 millones de euros por hacerse con el 65% del pase de una perla a la que quedaban tres meses para cumplir la mayoría de edad, en una operación en la que, cómo no, estaba implicado un todavía no tan afamado Jorge Mendes. Con sus 18 años recién cumplidos, pudo debutar con el conjunto portuense, con el que terminaría disputando una veintena de partidos en un campeonato que terminaría conquistando el cuadro dirigido por entonces por Co Adriaanse.

De más a menos en Manchester

La temporada 2006-2007 se vio mermada por una grave lesión que le tuvo cinco meses alejado de los terrenos de juego. Sin embargo, se recuperó para el tramo final de un curso en el que terminaría firmando dos goles. A la sazón, su nombre ya estaba marcado en rojo en las agendas de muchos clubes importantes. Pero fue el Manchester United el que rompió la banca y desembolsó 30 millones de euros, en 2007, para hacerse con un jugador que para el hermano de Alex Ferguson, era mejor que Rooney. Tampoco importaba demasiado en Old Trafford la experiencia con otro brasileño que no terminó de cuajar como Kleberson. Sí lo hizo la proyección de un Anderson que llegó junto a Nani y que debía instalarse en Inglaterra de la mano de Carlos Queiroz, clave en el desarrollo de Cristiano Ronaldo con anterioridad.

anderson united

Como ‘Red Devil’ tuvo un inicio prometedor y, de hecho, fue en 2008 cuando además de conquistar el citado Golden Boy, levantó nada más y nada menos que la UEFA Champions League, marcando uno de los tantos en la tanda de penaltis ante el Chelsea. Las comparaciones con Ronaldinho fueron difuminándose poco a poco, al tiempo que su protagonismo se diluía. Anderson se fue convirtiendo en un futbolista terrenal, con técnica, con calidad, pero no en imprescindible ni diferenciador. Poco a poco su concurso fue disminuyendo, temporada tras temporada, hasta sufrir en 2010 una rotura del ligamento cruzado que, además, le dejó sin poder disputar el Mundial de ese año. Coincidía su lesión con su regreso a las canchas tras un mes de suplencias y una tensa relación con ‘Fergie’.

Comienzo del ocaso

Con todo, continuó en el Manchester ―con el que conquistó cuatro Premiers― hasta enero de 2014 cuando, con todavía 25 años, se marchó cedido a la Fiorentina, donde pasó a denominarse ‘Andow’. El ostracismo a las órdenes de David Moyes debido a sus constantes problemas físicos le llevó a una Serie A en la que apenas tuvo relevancia, ya que se pasó el medio curso como viola entre suplencias, lesiones y ratitos sin trascendencia. Hasta que en 2015, ya con Van Gaal en el banquillo mancuniano, se desvinculó del United, rescindiendo su contrato, y regresando a su casa para enrolarse en las filas del Internacional, rival histórico del Gremio y club ante el que curiosamente debutó Anderson ―marcándole un gol― en el ‘Grenal’.

andow anderson

En el Inter no le fueron mejor las cosas y actuación más recordada es la que tuvo en un duelo disputado en Bolivia, cuando apenas aguantó 36 minutos sobre el terreno de juego de La Paz al quedarse sin aire y tener que marcharse con un tubo de oxígeno. Vistiendo la zamarra de ‘El Colorado’, además, vivió otro sinsabor: el descenso a la Serie B por primera vez en su historia. Fue en su segunda y última temporada en el Inter antes de volver a hacer las maletas y jugar a préstamo en el Coritiba, donde tanto Anderson como Andow asumieron que pese a llegar a ser considerado en su día un joven adelantado a su tiempo, era momento de pensar en otras cosas. 536 minutos fue el discreto balance de un año en el que se lo pasó en el banquillo.

anderson la paz

Tras un tiempo en blanco, sin equipo y probablemente replanteándose su carrera, llegó la bizarra propuesta de un conjunto de la segunda división turca, el Adana Demirspor. Fue la última aventura, también con más sombras que luces, del que antaño fuera denominado ‘nuevo Ronaldinho’. El Golden Boy 2008 decidió colgar las botas en 2019, con 31 años, con una carrera con títulos y alegrías en palmarés, pero con la sensación generalizada de decepción. De lo que pudo haber sido y no fue. Los focos le apuntaron siendo precoz y los focos, apuntando ya a otros, también se apagaron de manera precoz.

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Fernando Castellanos

Periodismo deportivo. En NdF desde 2006. Hacer todo lo que puedas es lo mínimo que puedes hacer. [ Twitter]