El atardecer de Schmeichel

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Llegó en el verano de 1991 al Manchester United procedente del Brøndby por apenas 505 000 libras, en lo que Alex Ferguson denominó como “la ganga del siglo”. Peter Schmeichel ya era un guardameta de reconocido prestigio en su Dinamarca natal, donde había ganado varias ligas e incluso había llegado a las semifinales de la Copa de la UEFA con los Drengene Fra Vestegnen, en las que cayó ante la Roma de Rudi Völler. Sin embargo, y a pesar de que ya había defendido la portería danesa en la Eurocopa de 1988, no era excesivamente conocido fuera del país escandinavo, y un United en proceso de reconstrucción no desaprovechó tal circunstancia. Sus ocho años en Old Trafford son historia conocida: el Gran Danés se convirtió en uno de los mejores guardametas del mundo ayudando a los Red Devils a ganar cinco ligas, tres FA Cup y la Liga de Campeones, sin olvidarnos del histórico y sorprendente triunfo de Dinamarca en la Eurocopa de 1992, en la que se permitió el lujo de parar un penalti a Marco Van Basten en semifinales. No obstante, y aunque ya tenía 36 años y había logrado los mayores éxitos de su carrera, esta no concluyó cuando abandonó el Teatro de los Sueños: aún tenía algunas cosas más que decir.

Era 1999 y Schmeichel acababa de ganar el gran título que le faltaba con el Manchester United: la Liga de Campeones. Fue en aquella final de Barcelona ante el Bayern, que contaba con otro de los grandes arqueros de entonces como era Oliver Kahn. Aquel encuentro nos enseñó para siempre que un partido no termina hasta el mismo pitido final. El portero danés decidió que era el mejor momento para dejar el club inglés: en lo más alto tras ganar el triplete de títulos, el famoso trébol. Tardaría unas cuantas temporadas el United en encontrar un sustituto que protegiese con solvencia la meta de Old Trafford, no consiguiéndolo hasta la llegada en 2005 de Edwin van der Sar.

A sus 36 años, y tras una larguísima temporada repleta de partidos, Schmeichel quería probar una aventura con menor exigencia que la que encontraba en la portería de los red devils. No obstante, pocos hubiesen apostado a que su nuevo destino sería la liga portuguesa para vestir la camiseta del Sporting de Lisboa. Al futbolista danés le gustaba veranear en zonas como Faro y el Algarve, y al presentársele la oportunidad de defender la portería de los Leones decidió aceptar el reto de un equipo que estaba clasificado para la Liga de Campeones, aunque vivía a la sombra de Oporto y Benfica. Allí coincidiría con los canarios Toni Robaina y Toñito. No le pudo ir mejor en su primera campaña en Lisboa: 18 años después, el Sporting ganaría por fin el campeonato de liga. Schmeichel permaneció otro año más en Portugal, marchándose poco antes de la irrupción de un joven talento llamado Cristiano Ronaldo que también haría historia en Old Trafford.

Tras su etapa en Lisboa, Schmeichel decidió regresar a la Premier para defender la meta del Aston Villa. Tras convertirse en el mejor guardameta del mundo con el United, aún le quedaba tiempo al danés para seguir marcando hitos en Inglaterra: fue un 20 de octubre de 2001, en un partido ante el Everton, cuando Schmeichel marcó de volea el primer gol de un portero en la Premier League. Sólo estuvo un año con los villanos, abandonando Villa Park al final de temporada después de perder el puesto en favor de Peter Enckelman tras el cambio de entrenador.

Con 39 años aún tenía ganas de ponerse los guantes, pero el que sería su último fichaje no estuvo exento de polémica: Schmeichel fichó por el Manchester City, el eterno rival del United. Había una razón para ello, y es que el hijo de Peter, Kasper Schmeichel, estaba empezando, también como portero, e ingresó en la cantera del club citizen el mismo año que su padre llegó al Estadio Ciudad de Manchester. Su fichaje por el City no fue suficiente para empañar el cariño que se había ganado en sus ocho años defendiendo la portería del United, no obstante hubo quien no le perdonó tal movimiento: un red devil de tomo y lomo como Gary Neville, quien le negó el saludo en el derby de Manchester. El City no perdió ninguno de los dos partidos contra sus vecinos en aquella temporada con Schmeichel en la portería, al igual que el guardameta danés no perdió ninguno de sus enfrentamientos contra el City cuando llevaba la camiseta del United.

Tras un año con los citizens, Schmeichel decidió poner fin a su carrera y colgar los guantes tras una extensa y brillante trayectoria. Continuó ligado al fútbol como comentarista de la Liga de Campeones para su país junto a otros grandes exfutbolistas como Preben Elkjær Larsen o Brian Laudrup. Posteriormente intentó invertir en el Brøndby y hacerse con el cargo de director deportivo, pero la operación no llegó a fructificar. Se le recordará principal y merecidamente por sus años en Old Trafford y la Eurocopa de 1992, pero antes y después, Peter Schmeichel también estaba forjando su leyenda.

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Gabriel Caballero

Periodista
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