La redención de Vargas

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En su día, Juan Vargas sonó con fuerza como posible fichaje del Real Madrid. El carrilero zurdo peruano, que estaba ofreciendo un gran rendimiento en el Calcio con la Fiorentina, no sólo llamó la atención de la Casa Blanca sino de otros grandes de Europa como el Barcelona, el Manchester o la Juventus, sin embargo ninguno de ellos llegó a las cifras que se solicitaban en Florencia y permaneció en el Artemio Franchi. Desde entonces, su rendimiento cayó en picado y fue más noticia por lesiones, baja forma y asuntos extradeportivos. Sin embargo, vuelve a ocupar titulares gracias a su rendimiento y sus dos goles ante el Verona y la Roma, y es noticia por haberse ganado un sitio en los planes de Vincenzo Montella.

Tras debutar en el Universitario de Deportes peruano, fichar por Club Atlético Colón argentino y arribar al Calcio para vestir la camiseta del Catania, Vargas fichó por la Fiore en 2008. Ya vistiendo la camiseta del Catania se rumoreó el interés madridista por sus servicios y de los grandes del fútbol italiano, pero fue la Fiorentina quien se adelantó al resto y Vargas siguió creciendo en la ciudad de los Médici hasta vivir en 2010 su mejor momento como futbolista. Su caché se incrementaba y con él su precio, y el Madrid volvió a seguir su pista. Incluso Roberto Carlos lo bendijo como su posible sustituto en un momento en el que Marcelo no acababa de asentarse en el puesto. No obstante los más de 20 millones que se pedían desde Florencia sonaban excesivos para un jugador similar a las características del brasileño: peligroso en ataque pero no tan sólido en defensa.

Vargas no fichó por ningún grande y su rendimiento decreció con el tiempo. Descuidó sus entrenamientos y ganó peso, lo que le provocó varias lesiones y la pérdida de confianza de sus entrenadores. Su actitud no era un reflejo de lo que debía ser un profesional del fútbol y no sólo dejó de ser aquel carrilero zurdo objetivo de los grandes, sino que perdió incluso su sitio en una Fiorentina que vivía momentos duros y peleaba por la permanencia. En 2012 se fue cedido al Genoa, donde al menos recuperó la forma y parte de su nivel. Para este año seguía sin contar en los planes de Montella, que tenía en Pasqual, que se ha ganado un puesto en la Azzurra, un fijo para la banda zurda viola, además de fichar al español Marcos Alonso como sustituto.

No se le encontró acomodo a Vargas en el pasado mercado estival con lo que la Fiorentina le hizo hueco en una plantilla en la que difícilmente tendría oportunidades. Sin embargo Vargas siguió trabajando para convencer a Montella de que podía aportar al equipo y, con el paso de las jornadas, fue entrando en los partidos como sustituto de Pasqual en el lateral zurdo o situado por delante del internacional italiano, según los frecuentes cambios de sistema del Avioncito. Al mismo tiempo, no ha dejado tampoco de ser noticia por otros asuntos como líos de faldas que lo convierten en un habitual de la prensa rosa peruana.

Su mejor momento llegó hace un par de semanas, cuando en un frenético partido que al cuarto de hora ya iba empate a dos, Vargas marcó el tercero de su equipo que a la postre sería clave en la victoria final sobre el Hellas Verona, una de las revelaciones del Calcio. Además, el peruano jugó por fin los noventa minutos. El pasado domingo marcó también el gol del empate ante una Roma que acabaría llevándose el choque por 2-1. Su presencia (que por otra parte ha relegado un poco más a Marcos Alonso) es otra de las noticias positivas de una Fiorentina que se ha convertido en uno de los animadores de la Serie A. Dice Juan Vargas que ha aprendido de los errores, veremos hasta qué punto.

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Gabriel Caballero

Periodista
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