jese rodriguez psg

No es la primera ni será la última vez que hablamos de Jesé Rodríguez. Ya comentamos, hace un año, su no consecución del Balón de Oro 2018, por el que suspiraba cuando todas las luces y taquígrafos apuntaban su talento precoz. Por entonces era noticia porque recalaba en el Real Betis, un Betis en el que pasó con más pena que gloria y en el que se recuerdan sus problemas con el gol, donde tras trece partidos, únicamente celebró uno y vio cómo se marchaban al limbo hasta diez ocasiones claras. Terminó su periplo verdiblanco, de apenas seis meses, celebrando un tanto más.

No convenció ni con el verdiblanco del Betis ni con el de su siguiente equipo, el Sporting de Portugal que, incluso, cortó la cesión el pasado mes de abril. No contaba para el conjunto lisboeta y, en plena pandemia, ambos separaron sus destinos. El PSG, club que abonó 25 kilos por Jesé en 2016, tenía la difícil misión de encontrarle acomodo en su último año de contrato tras no fructificar la vía verdiblanca, ni con anterioridad la del Stoke City o Las Palmas. Y no será por tiempo. Pero en las oficinas del conjunto parisino las ofertas por el delantero han brillado por su ausencia. Y si alguna ha llegado, no han convencido al canario.

Las bajas en el subcampeón de Europa en el comienzo de la temporada obligaron a Tuchel a tirar de canteranos… y de Jesé, que volvía a enfundarse la elástica capitalina un año después para disputar el último cuarto de hora contra el Lens, en el que ni con su presencia pudo evitar la derrota (1-0). Sobre el verde, Jesé tampoco tuvo excesiva incidencia, pero su aspecto físico, en apariencia, tampoco era el de antaño. No encaja su imagen con sus palabras, ni con un documental en el que se le ve machacándose para afrontar el curso «como un animal». En ‘¿Qué pasó, Jesé?’ aseguraba estar preparándose para lo que el PSG le pidiera.

Y es probable que, teniendo en cuenta las nulas oportunidades desde que llegó al Parque de los Príncipes, el PSG le haya pedido que se busque acomodo. Pero tras un largo mercado de fichajes, Jesé no lo ha hecho y se quedará en el PSG con dorsal de canterano, el ‘35’, sin haber sido inscrito en Champions League y con futbolistas por delante como Mbappé, Neymar, Mose Kean y Mauro Icardi. Lo que traducido quiere decir que se pasará la temporada en la grada, abrazado a un ostracismo del que tampoco parece querer huir. Como si el simple hecho de pertenecer al PSG le otorgara estatus de estrella. Cuando hace tiempo que la suya, desgraciadamente, se apagó. Ya sea por lesiones, por malas decisiones o porque así es la vida a veces.

Jesé prefiere apurar un contrato en el PSG que seguramente le llene los bolsillos pero le aleje de todo aquello con lo que una vez soñó. Prefiere quedarse en un sitio donde no le quieren que marcharse a otro lugar en el que sentirse futbolista, en el que su calidad reverdezca viejos laureles, en el que aspirar incluso a jugar en la Selección, de la que presume de integrar en su perfiles en redes sociales, y con la que ni tan siquiera llegó a ser convocado cuando en 2014 se especuló con ello. Es la absurda insistencia de Jesé en buscar la gloria en el sitio menos indicado. Totalmente lícito, pero que le sitúa a años luz de alcanzarla.

En NdF | Jesé, el Balón de Oro 2018 que no fue

   

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Fernando Castellanos

Periodismo deportivo. En NdF desde 2006. Hacer todo lo que puedas es lo mínimo que puedes hacer. [ Twitter]