No es fontanero ni rescata princesas en mundos lejanos, lo suyo son los goles, y aunque no sea el protagonista de un videojuego habrán sido muchos los que le hayan manejado en la Play. Tampoco le pillan fumando en el tren ni le sancionan tres partidos por increpar al árbitro (y un largo etc.), éste es más formal. Puede que Mario Gómez no sea tan famoso como el icono de Nintendo ni haga tanto ruido como el delantero milanista, pero no es menos Súper Mario, y es que en lo suyo está entre los mejores. Lo ha vuelto a demostrar hoy en la semifinal de la Copa de Alemania que enfrentó a Bayern y Wolfsburgo, al saltar al terreno de juego en el minuto 76 y haber marcado ya un hat-trick sólo nueve minutos después. En ese intervalo había tocado cuatro veces el balón. ¿Puedes imaginar algo mejor en el momento en el que saltas al campo?
El partido estaba bien encaminado para los pupilos de Jupp Heynckes. Mandžukić y Robben habían adelantado al Bayern en la primera parte y, aunque Diego Ribas redujo distancias con un golazo, Shaqiri, protagonista de un gran partido, amplió el marcador en la segunda parte. En el minuto 76, Heynckes decidió reservar a Mandžukić y dar entrada a Gómez. Lo primero que hizo fue una falta a Diego, pero el primer balón que tocó ya fue para empujarlo a la red tras una buena jugada de Shaqiri. Era el minuto 79. Sólo tres después aprovechó una gran asistencia de Schweinsteiger para marcar con una buena definición, y en el 85 certificó el hat-trick tras otro pase de Schweini. Tres goles de los suyos, de cazador, de ejecutor. Tras el 6-1 definitivo, el rival en la final saldrá del enfrentamiento entre Stuttgart y Friburgo.
No está siendo la temporada más sencilla para el hispano alemán: tras haber sido máximo goleador de la Bundesliga hace dos campañas y repetir buenos números la pasada temporada, donde sólo fue superado por Huntelaar, este año ha sido relegado al banquillo tras el fichaje de otro Mario, el croata Mandžukić, una de las sensaciones de la pasada Eurocopa y protagonista de una buena temporada precisamente en las filas del Wolfsburgo. No obstante, Mario Gómez prosigue sus buenos números y ha marcado en liga ocho tantos en 16 partidos, sólo siete como titular. Su representante afirmó recientemente que el jugador no está contento con su situación y se habla de su salida, más teniendo en cuenta que para la próxima temporada es más que probable la contratación de Lewandowski, otro reputado goleador. En tal caso, el delantero teutón será una de las piezas codiciadas del mercado (se habla de Inter o City).
En cualquier caso, si no eran pocas las buenas noticias para el Bayern esta temporada, tener a Mario en estado de gracia supone otra más para la lista de cara al venidero enfrentamiento ante el Barcelona en Liga de Campeones. Sólo ha sido titular en un partido en esta edición de la Champions, pero su hat-trick de hoy no pasará desapercibido, más aún teniendo en cuenta que Mandžukić está sancionado para la ida. El sempiterno Pizarro será su rival por el puesto.
Mario pertenece a la estirpe del rematador, aquel que vive para el gol, para la puntilla. Un especialista. Nada que ver con el falso nueve tan en boga y acorde a los nuevos tiempos (o nueve con características distintas, mejor dicho). Él no es Messi ni es Totti, pero tampoco le hace falta para lo suyo. Su oficio es antiguo, y pródigo en Alemania: desde Gerd Müller a Klose pasando por Klinsmann o Rudi Völler. El nueve de siempre.
En NdF | Bayern de Múnich, el campeón express