Mundial Brasil 2014: Neuer brilla como líbero

Hay algo que el Mundial de Brasil 2014 está dejando más claro que ninguna otra edición: el fútbol de selecciones cada vez está más igualado. Es difícil ver goleadas. Incluso la selección más humilde del torneo puede dar un susto a cualquiera. Ahí está Costa Rica, clasificándose para cuartos de final tras vencer a Italia y Uruguay. Y es que las selecciones más humildes equilibran su falta de calidad con orden táctico y sacrificio. El mejor ejemplo de esto lo tenemos con Argelia, que no sólo ha sido capaz de llevar a Alemania a la prórroga, sino que durante varios tramos de este partido de octavos de final, la ha tenido contra las cuerdas.

Porque a pesar de su prometedor debut goleando a Portugal, hay que reconocer que la selección germana no termina de carburar. Joachim Löw pretende más que nunca importar el juego del Bayern de Múnich a su equipo -anoche había siete pupilos de Guardiola en el once inicial-, pero le faltan las piezas clave que hacen brillar al Campeón de la Bundesliga: Robben, Ribéry, Alaba…

Uno de los problemas de Alemania es que su circulación de balón es lenta y previsible. No genera ventajas, porque sus centrocampistas son tan seguros en el pase que manosean demasiado el esférico. Cuando el balón llega al receptor, la defensa de Argelia ya había recuperado la posición. Löw, al igual que Guardiola, apuesta por un Lahm como mediocentro, pero este no está rindiendo como lo hace en el Bayern. Una de las razones es que los laterales de Alemania no se incorporan, y esto hace que eche de menos la profundidad de Alaba y Rafinha.

Alemania posee la pelota, pero le cuesta crear opciones claras de gol. Se echa de menos un jugador que se atreva a romper líneas con conducciones, que desordene al rival y genere espacios para sus compañeros. Es la principal razón por la que Alemania echa de menos a Reus. Sólo Müller es capaz de llevar a cabo este tipo de acciones en ocasiones puntuales.

El punto débil de Alemania, no obstante, sigue siendo una defensa que obligada a jugar tan adelantada, tiembla cada vez que hay un balón largo a sus espaldas. Así es como Argelia les tuvo contra las cuerdas, especialmente en el inicio de partido. Slimani, uno de los nombres del Mundial, fue un quebradero de cabeza para Boateng y compañía. Un delantero que no puede presumir de gran calidad, pero que incordia a las defensas rivales a base de agresividad e inteligencia. Sus carreras y las de Feghouli han convertido en el héroe del partido a Neuer. Su valentía en las salidas ha mantenido con vida a la defensa alemana, haciendo gala de una velocidad impropias de un portero de su envergadura. Con acciones tan arriesgadas se juega al límite del fallo, y para muchos del ridículo, y eso pone de manifiesto la personalidad y seguridad de Neuer en sí mismo. Sin necesidad de hacer ninguna parada -no de mérito, al menos- ha firmado la mejor actuación de un portero en el Mundial de Brasil. Lo ha logrado haciendo las veces de líbero.

Con la entrada de Khedira vimos a una Alemania más ordenada y dominadora. Lahm pasó al lateral derecho y se ganó profundidad por esa banda, mientras que el mediocentro del Real Madrid aportó más presencia en la zona de ataque con esas rupturas que tanto se echaban de menos en la primera parte. Su presencia también le permitía a Schweinsteiger sumarse al ataque sin compromisos defensivos, y así fue como Müller reapareció en el partido al quitarse de encima vigilancia argelina. El del Bayern, que siempre aparece en los días importantes, fue protagonista en las mejores ocasiones germanas. Sirva de ejemplo la asistencia del 1-0.

Con más sufrimiento del esperado, Alemania ya está en cuartos de final donde le espera un rival de gran dureza como Francia. No cabe duda de que los de Deschamps jugarán a la contra aprovechando los movimientos de Benzema, la velocidad de Griezzman y Valbuena, y la potencia de sus volantes, Matuidi y Pogba. Todo apunta a que Neuer volverá a tener mucho trabajo en su faceta como líbero, pero lo más importante para Löw durante estos días será encontrar la forma de que su circulación de balón no caiga en algo anodino, casi inofensivo para su rival.

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Daniel Iglesias

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