Cristiano Ronaldo, Messi y Neuer, es decir: los dos de siempre y un portero son los tres candidatos finales para ganar este año el Balón de Oro. A la presencia consabida de un Cristiano Ronaldo con un hambre voraz se suma la de un Messi que no ha tenido su mejor año pero que le basta para elevarse sobre el resto, y que además cuenta con un inexplicable balón de oro mundialista que le da más brillo a su currículum en este 2014. Junto a ellos, Manuel Neuer, el guardameta alemán campeón del mundo que se ha erigido en protagonista del triunfo de una Mannschaft que no cuenta con una estrella indiscutible, sino más bien una gran generación de futbolistas en casi todos sus puestos, como España hace cuatro años. Y de todos ellos, por delante de otros como Müller, Hummels o Toni Kroos, el guardameta ha sido el señalado, ensalzando así una figura que suele pasar desapercibida en este tipo de premios y que no se hace con este galardón desde que el mítico Lev Yashin lo ganara en 1963.
En cualquier caso no es nada nuevo premiar la labor del arquero en la cita futbolística por excelencia: en 2002, tras el Mundial de Corea y Japón fue otro portero alemán, Oliver Kahn, quien se hizo con el Balón de Bronce tras los brasileños Ronaldo y Roberto Carlos, campeones del mundo. Cuatro años después, el italiano Gianluigi Buffon fue Balón de Plata tras su compatriota Cannavaro, ambos campeones del mundo. En 2010 a nadie le hubiese extrañado que Iker Casillas hubiese subido al podio tras ser clave en el Mundial de Sudáfrica con aquel penalti detenido a Paraguay o el ya célebre mano a mano con Robben (a quien muchos echan en falta en esta terna final), pero le restó su irregular año con su club frente a Xavi e Iniesta. Aquel año se lo llevó Messi, que no ganó el Mundial pero protagonizó un excelso año individual, al igual que Cristiano Ronaldo en este 2014. Platini, como en 2010, defiende que el galardón ha de ser para un campeón del mundo, y Neuer es el único que cumple esta condición. Kahn y Buffon no tenían entonces esa ventaja, el teutón porque perdió la final y el transalpino porque cedió ante el gran torneo de su compañero.
No se le puede negar a Neuer, que ganó además liga y copa con el Bayern, su magnífico Mundial de Brasil en el que fue elegido mejor guardameta, con aquellos cuartos de final ante Francia en el recuerdo. Neuer dignifica la figura del portero moderno, tan distinta a la de Yashin entonces, en la que el juego con los pies es una virtud más para añadir a los reflejos, la colocación, la templanza, las salidas o los uno contra uno. No es tampoco nada nuevo como bien podrían afirmar Molina, Van der Sar o Víctor Valdés, pero Neuer es un gran arquero que ha superado en gran parte la irregularidad que le lastraba hasta hace poco.
Zoff, Schmeichel, Maier, Buffon, Kahn, Casillas, Zenga, Schumacher… innumerable es la cantidad de porteros que habrían merecido tener un Balón de Oro en sus estanterías. Incluso puede que Courtois, héroe atlético y nuevo ídolo en Stamford Bridge, haya sido el mejor portero del año en términos globales, pero Neuer, campeón del mundo, está en el lugar adecuado y en el momento preciso, y eso también cuenta en este tipo de premios.