Algunas claves del Clásico copero

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FC Barcelona y Real Madrid se juegan esta noche mucho más que una final de Copa. Los blaugranas, con la Liga ganada desde Navidad y habiéndose puesto la Champions muy cuesta arriba, ven la posibilidad de llegar a otra final copera como bálsamo. Los merengues, por su parte, desahuciados en Liga y con serios problemas en su camino a La Décima, necesitan garantizarse una oportunidad de ganar un título esta temporada. Todo ello aderezado, claro está, por la circunstancia de enfrentarse al máximo rival: el que salga victorioso hoy dejará tocado al otro.

Kaká y su enésima resurrección

Kaká está viviendo su enésima resurrección desde que aterrizó en Madrid. El curso pasado parecía abocado al exilio tras su mal juego en la semifinal europea ante el Bayern, penalti fallado incluido. Esta temporada comenzó en un segundo plano, prácticamente apartado de las rotaciones por Mourinho, que no le daba la titularidad ni en los partidos ante rivales de inferior categoría en Copa. Sin embargo, volvió a contar para Mourinho en lo que parecía su último tren. No lo era, porque retornó a ver los partidos desde el banquillo durante una buena temporada antes de volver a resucitar por enéseima vez en el último mes y medio.

Ahora vuelve a estar en las quinielas de muchos aficionados para ser parte del equipo titular de esta noche. Incluso el cuerpo técnico ha alabado su actual estado de forma. Desde luego que no habría mejor manera de resarcirse de su mala experiencia como merengue que ser determinante en un partido en el que su equipo se juega la clasificación a una final y dejar tocado a su eterno rival. Si hoy es titular, hay que estar atentos a su motivación, ya que si la enfoca en positivo, puede tener un plus que no tendrán muchos otros en ambos bandos.

El Guaje llama a la puerta

El debate sobre la falta de minutos de David Villa es, en su mayor parte, una creación de la prensa madridista. La prácticamente perfecta primera vuelta del Barça no hizo necesario apurar los tiempos de recuperación del Guaje. Pero ese argumento, el de la salida de una lesión grave, ya no sería más que una mala excusa a día de hoy. El Siete de España está para jugar; para jugar y marcar diferencias.

Además de mostrar unos espectaculares números goleadores para los pocos minutos que ha tenido, yo tendría muy en cuenta que su titularidad esta noche supondría tener a un goleador especialmente motivado. La messidependencia en el apartado anotador del Barça invita a darle a Villa un sitio en el once. Una buena actuación ante el Madrid sería supondría volver por la puerta grande.

La magia de Özil

Dejando a un lado a Cristiano y Messi, Mesut Özil es, con Iniesta, el futbolista más capacitado para romper un duelo en la cumbre. Este curso por fin ha conseguido mejorar su regularidad: aunque sigue perdiéndose en algunos partidos o, cuando menos, en algunas fases de los mismos, el mediapunta alemán ha logrado la estabilidad en su juego que tanto demandaban su técnico y la afición.

Su movilidad por el frente de ataque hace mucho daño al Barça. Cae con mucha inteligencia a la banda derecha, buscando la zona de Jordi Alba y huyendo de la de Busquets para, desde allí, arrancar en diagonal con su extraordinaria visión de juego, siempre atento a la conexión con Cristiano que, partiendo desde una posición opuesta, confluye con el germano en el centro para lograr superioridades y combinaciones a la velocidad de la luz.

La polivalencia de Iniesta

Durante la primera vuelta a Tito Vilanova le funcionó muy bien el tándem que formó con Fábregas e Iniesta en el flanco izquierdo. Uno parte desde dentro, normalmente Cesc, y el otro por fuera, pero siempre permutando sus posiciones a lo largo de los partidos. Sin embargo, cuando las cosas se complican, todos pedimos que Don Andrés juegue en su posición natural, una mezcla entre volante y mediapunta, donde no tiene parangón en todo el orbe futbolístico.

Si Roura se decide por Cesc, veremos a Iniesta partir de falso extremo. Si, en cambio, el titular es Villa, el de Fuentealbilla jugará como interior. Con un Messi extraordinario en el apartado goleador pero minimizado en su influencia en el juego, Iniesta será clave para romper las apretadas líneas del equipo de Mourinho. Gran parte de las aspiraciones blaugranas pasarán por él.

Cristiano y Messi, otro duelo entre gigantes

A Messi le podríamos aplicar ese refrán de los árboles no dejan ver el bosque. El crack argentino está inmerso en una racha goleadora espeluznante, pero no viene jugando bien desde el parón navideño. Esta noche el Barça necesita su mejor versión. Claro está que si mete un par de goles nadie echará de menos que no haya jugado demasiado bien, pero si no ve puerta, ha de aportar desequilibrio, tanto en el regate como en la combinación.

Cristiano, por su parte, llega a la semifinal copera in crescendo. Con la afición madridista a sus pies, como tanto ansiaba, su estado es inmejorable, tanto en la forma física como en lo mental. Sin ir más lejos, este fin de semana Mourinho le encargó remontar un partido saliendo desde el banquillo y el portugués cumplió con creces, convirtiéndose en una auténtica pesadilla para la defensa del Dépor, que acabó sucumbiendo ante la fuerza de CR7. Si hoy es capaz de repetir lo que hizo el curso pasado en el Camp Nou, marcando un gol clave para dejar al Barça fuera de la lucha por la Liga, el madridismo lo santificará.

Los problemas defensivos

El Barça tiene un serio problema en el apartado defensivo. En Liga no le ha preocupado mucho tener una media de más de un gol recibido por partido, pero en las competiciones eliminatorias, como son la Champions y la Copa, cada gol en contra pesa el doble. El empate a uno cosechado en el Bernabéu le permitiría clasificarse con solo mantener su puerta a cero, pero la dinámica en la que llega no invita a ser muy optimista, y más teniendo en cuenta a quién se enfrenta.

El Madrid tampoco puede presumir de unos buenos números en lo defensivo (ha recibido goles en cuatro de sus últimos cinco partidos). La ausencia de Casillas y las bajas en defensa se notan. Sin embargo, su mayor debilidad, la defensa del balón parado, se verá disminuida ante un rival que apenas tira del juego aéreo, aunque no hay que olvidar la especial inspiración de Puyol en estas lides cada vez que se cruza con su eterno rival.

El condicionamiento del árbitro

En la tarde de ayer Jordi Roura soprendió a muchos cuando abandonó su habitual línea de declaraciones para poner al árbitro en la picota. Una circunstancia que no dejó de aprovechar Mourinho para tirar de ironía y adoptar el papel de víctima que tanto le gusta. Apoyándose en las siempre engañosas estadísiticas, Roura habló de Undiano Mallenco buscando condicionar su actuación. No sabemos cómo responderá el árbitro, pero lo que está claro es que bajo esas acusaciones preventivas subyace cierto nerviosismo en Can Barça.

No hace falta que hable nadie para que un colegiado que arbitre un Barça-Madrid vaya a ser radiografiado tras el encuentro, pase lo que pase. Pero desde luego que resulta innecesario que un partido que tiene todos los ingredientes para ser un espctáculo mayor sea aderezado con suspicacias hacia el árbitro. Esperemos que hoy por la noche hablemos de todo menos de la labor del juez.

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Bruno Sanxurxo