Una Copa para la gente bien

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Que en el fútbol español los aficionados somos el último mono es algo sobradamente conocido. Es más, lo tenemos totalmente asumido. Para los mandamases de la RFEF, la LFP y la inmensa mayoría de los clubes de Primera, el aficionado es, en realidad, un mero cliente que ha de pagar por un producto y sobre el que se anteponen un sinfín intereses,con diversas cuestiones económicas de por medio.

En este blog ya hemos tratado muchas de esos temas: el injusto reparto televisivo, el desorbitado precio de los abonos en muchos clubes, los horarios programados a medida de los operadores televisivos, etcétera. A pesar de que el Depor está en puestos de descenso y con gravísimos problemas económicos, o de lo poco que me ha gustado el Barça de 2013 y la nula confianza que me inspiran sus dirigentes, este año he conseguido llegar a una especie de estado zen con el que tiendo a ver todo en positivo y, así, ahorrarme muchos cabreos. Pero este mediodía, haciendo mi habitual repaso a la prensa deportiva, he vuelto a indignarme con algo: el precio de las entradas para la final de Copa.

Este viernes Atlético de Madrid y Real Madrid disputarán la final de la Copa 2012-13 en el Santiago Bernabéu. Los aficionados de uno y otro equipo que van a llenar el estadio se han tenido que rascar mucho el bolsillo. Demasiado. El precio mínimo que han tenido que desembolsar es de 50 euros pero el máximo asciende hasta la friolera de 275 eurazos. Sin embargo, hay algo más preocupante aún que el precio máximo: el precio medio. Contabilizando los diferentes niveles de coste y el número de localidades asignado a cada uno, el precio medio de una entrada para ver la final de Copa es de ¡¡¡156 euros!!!

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Cómo podéis ver en la tabla (datos de Marca), la entrada más cara de la final española es más del doble de su equivalente en Inglaterra, segundo país más costoso, por lo que la diferencia con las otras liga europeas es aún mayor. Sin embargo, no debemos fijarnos tanto en el precio máximo, pues puede pertenecer a un número de localidades muy minoritario, ni al mínimo, que puede estar sujeto a diferentes descuentos. El dato que realmente refleja lo desorbitados que son los precios en España es el coste medio.

Ver la final española es un 59% más caro que ver la final de la FA Cup inglesa y de ahí, para arriba: blancos y colchoneros deberán abonar prácticamente el doble que en Alemania, un 222% más que en Francia y un 236% más que en Italia. Unas cifras que son, por sí solas, un auténtico escándalo. Más aún si añadimos a la ecuación el poder adquisitivo que hay en cada país: quitando los italianos, de los que no estamos muy lejos, alemanes, franceses e ingleses poseen un nivel económico muy superior al nuestro.

De todos modos, no hace falta ni entrar en la comparativa con otros países. Basta con pensar en nuestro propio poder adquisitivo: en un país con un sueldo modal (esto es: no el medio, afectado por la gran influencia de los más ricos, sino el más frecuente en la población) que está alrededor de los 1.375 euros al mes y con más de seis millones de parados, gastarse una media de 156 euros por ver un espectáculo que, aun con todo el previo y el post-partido, no supera las 3 horas es, sencillamente, una barbaridad.

Los precios de la final de Copa son marcados mediante un acuerdo entre la RFEF y los dos clubes finalistas. Con lo cual, que estos precios los pongan Madrid y Atleti, me parece aún menos razonable. Porque entendería que un equipo pequeño no quiera perder la oportunidad de ganar unos cientos de miles (o algún millón) de euros más; pero con los presupuestos que manejan los dos grandes equipos madrileños, ponerle tan caras las entradas a sus propios aficionados resulta ser muy poco agradecido con los que, cada año, se gastan un buen pastizal en sus abonos y cada fin de semana se meten en atascos, o pasan frío, etcétera, etcétera.

En fin… otro desprecio más para los aficionados del fútbol español que, siendo la parte mayoritaria de este deporte/negocio, estamos sometidos a los usos y abusos de aquellos que, precisamente, no pagan ni un duro para mantener vivo el fútbol. Como decimos en Galicia: mexan por nós e dicimos que chove (nos mean encima y decimos que llueve).

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Bruno Sanxurxo