Pocos giros de guión producen tanta admiración como el que ha llevado al Elche de vuelta a Primera División. Hace dos semanas, tuvo que esperarse a un desenlace inimaginable cuando el Deportivo, ya descendido a Segunda B, perdía a manos del Fuenlabrada a seis minutos del final. Un resultado que otorgaba la sexta plaza al conjunto madrileño, que en un visto y no visto cedió su plaza al cuadro ilicitano gracias a los goles de Beauvue, el segundo, de penalti, ¡en el minuto 95! Y todo ello, después de un interminable mes en el que tampoco estaba claro si se disputaría el choque o no. Anoche tuvo que esperar hasta el minuto 96, cuando la prorroga llamaba a la puerta, para tumbar al Girona con un tanto de Pere Milla en la final del playoff de ascenso, en el que el Elche de Pacheta había dejado antes al Zaragoza en la cuneta. Los franjiverdes, junto a Cádiz y Huesca, ocuparán el lugar de Leganés, Mallorca y Espanyol en LaLiga.
También tiene mérito lo conseguido por José Rojo Martín. Pacheta llegó al Martínez Valero en febrero de 2018, como sustituto de Josico, y con el Elche en Segunda B. Su trabajo y entrega, esa capacidad de contagiar a sus pupilos, no tardó en hacerse notar y tras un tramo final de temporada brillante en el que encadenó once partidos sin conocer la derrota, finalmente devolvió al Elche a la categoría de plata tras imponerse al filial del Villarreal en la fase de ascenso. El curso pasado, ya en Segunda, el equipo terminó en la undécima plaza, 10 puntos por encima del descenso y lejos de la sexta posición. No así este ejercicio, en el que con una buena dosis de incertidumbre, alcanzó los puestos de privilegio partiendo, además, como víctima propiciatoria de un grupo selecto de clubes como Zaragoza, Almería o Girona. Los aragoneses fueron su primera víctima y los catalanes, la última.
El Elche regresa a LaLiga un lustro después de ser descendido administrativamente. En 2015, pese a firmar una de sus mejores temporadas en la máxima categoría y terminar decimotercero en la clasificación, la LFP no perdonó las deudas por parte de la entidad a Hacienda y lo que había ganado en el césped, lo perdió en los despachos. Pero aún no había llegado lo peor: dos años más tarde, un nuevo revés se cruzó en el camino ilicitano, que con un proyecto pensado para ascender, terminó bajando a Segunda B. Desde entonces, junto a Pacheta, seis jugadores más saben lo que es pasar del barro a la élite: Gonzalo Verdú, Manuel Sánchez, Josan, Iván Sánchez, Tekio y el incansable Nino, que a sus 40 primaveras sumó su tercer ascenso ―los tres, curiosamente, en Montilivi― jugando la misma cantidad de partidos que de años marca su carnet, y firmando 7 dianas y 4 asistencias. En la época en la que estamos, a pocos les han sentado tan bien la cuarentena como al delantero almeriense, que no piensa en la retirada y sí en seguir dando guerra con el Elche… en Primera.
