El Madrid atisba el camino

Morata

Teniendo en cuenta la trayectoria del Real Madrid en lo que llevamos de temporada, no parece demasiado osado asegurar que su partido ante el Málaga ha sido el mejor hasta la fecha. Pero lo cierto es que los de Carlo Ancelotti han dado, con diferencia, su mejor versión en lo que llevamos de campaña. Victoria por 2-0 que pudo ser mucho mayor si no hubiera sido por la colosal actuación de Willy Caballero. Tras un comienzo liguero algo flojo, el argentino vuelve a dejar claro que es uno de los mejores guardametas del campeonato.

La mejoría del Real Madrid se reflejó principalmente en la forma de entender el juego colectivo. En partidos anteriores achacábamos al conjunto blanco su tendencia a hacerse muy largo, partirse impidiendo la fácil conexión entre líneas. Se estaba acostumbrando peligrosamente a correr hacia atrás, mientras los puntas en los momentos sin balón bajaban los brazos, erradicando la intensidad que mostraban en los años de José Mourinho.

Todo eso ha cambiado en el partido de esta tarde, con un Madrid funcionando como un auténtico bloque, con Illarramendi ejerciendo de ancla y la defensa estableciéndose muy arriba, prácticamente en el centro del campo. Ante las pérdidas de balón, nada de recular, sino dar un paso al frente para robar cuanto antes. En esa faceta han brillado Khedira, Di María, Carvajal y un Morata totalmente entregado.

El canterano partió como titular después de que Benzema se quedara fuera de la convocatoria por unas molestias. El chaval tuvo varias oportunidades para perforar la portería rival, pero en unas ocasiones Willy y en otras el juez de línea le hicieron irse sin recompensa. Al menos sin recompensa goleadora, porque el Santiago Bernabéu le supo reconocer con una gran ovación su gran trabajo sobre el terreno de juego. Y es que esa intensidad, esa presión, esas carreras hasta el centro del campo para ayudar en la recuperación, sirvieron para contagiar al resto de sus compañeros. Incluso Cristiano Ronaldo se mostró sacrificado sin balón.

El trabajo del Real Madrid en la recuperación lo agradeció un Diego López que no solo se fue con la portería a cero, sino que ni siquiera tuvo trabajo. Las ocasiones del Málaga se limitaron a un par de disparos lejanos y alguna internada por línea de fondo que no encontró rematador.

Con balón, el Madrid también mejoró. La circulación fue mucho más fluida que a lo que estábamos acostumbrados, y eso que Isco estuvo más gris de lo habitual. El peso del juego lo centraban por la banda derecha. Di María aguantaba el balón, buscando la mejor opción entre la movilidad de Carvajal y Khedira -gran partido del alemán-. Cuando no lo veía claro, buscaba el centro. Y aunque el Málaga tiraba la línea del fuera de juego con una sincronización casi perfecta en cada uno de esos centros, no pudo evitar encajar el primero al iniciarse la segunda parte. Centro de Di María al que no llega Cristiano, pero su movimiento sirve para despistar a Willy.

El Málaga de Schuster adoptó una actitud más ofensiva a partir de entonces, pero el Madrid seguía cómodo y Ancelotti intentó aprovecharse de los espacios dando entrada a Bale y Jesé. Precisamente el de Gales forzó el penalti inexistente con el que Cristiano Ronaldo colocaba el 2-0 definitivo.

Muy buen partido del Madrid ante un rival duro como el Málaga, que siempre supone un buen examen. Síntomas de mejoría para reforzar la confianza del equipo antes de una semana durísima en la que medirse a Juventus y FC Barcelona. Se empieza a atisbar el camino, ahora veremos si Ancelotti lo aprovecha y decide seguir avanzando, o ante la entidad de sus próximos rivales se siente obligado a recular, como ya le ocurrió ante el Atlético de Madrid.

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Daniel Iglesias

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