El fatídico descenso vivido por el Villarreal a la Liga Adelante hace tres años ponía fin a una excelente etapa en la élite en la que consiguió, entre otras muchas cosas, llegar hasta las semifinales de la Champions plantando cara a los mejores equipos del mundo. Sin embargo, sólo fue un borrón en la intachable trayectoría llevada a cabo durante la última década por el conjunto castellonense, que recuperaba doce meses más tarde la categoría que nunca debió de perder.
No resulta tarea sencilla volver en tan sólo una campaña a la élite. Marcelino Garcia es uno de los grandes culpables del buen hacer de este Villarreal. Aterrizó en El Madrigal hace dos años, en el ecuador de la temporada, con el equipo décimo, lejos de los puestos de ascenso que se habían marcado como objetivo. El asturiano logró revertir la situación y el Submarino acabó ascendiendo de manera directa y por la vía rápida. En los 21 partidos que estuvo al frente, sólo perdió dos encuentros.
Los amarillos afrontaban su vuelta a la élite con la única misión de lograr la permanencia. Nada más lejos de la realidad. Regresaron por la puerta grande a la Liga BBVA siendo una de las revelaciones del campeonato. Sextos en la clasificación, consiguieron un billete para la Europa League en el año de su regreso a la categoría de oro. Ni en el mejor de sus sueños hubiesen firmado completar una temporada tan buena.
El Villarreal es el ejemplo ideal para creer que en el fútbol de hoy en día los millones y el nombre todavía no lo son todo. Hay pocos equipos que juegan tan bien como lo hace el Submarino, que sueña con volver a la Champions. Sevilla y Valencia han ido a menos en las últimas semanas y el equipo castellonense lo ha aprovechado para meterse de lleno en la pelea por acabar entre los cuatro primeros. De los últimos diecinueve partidos disputados sólo ha caído en uno y fue en el Camp Nou dando una gran imagen.
A día de hoy, el 4-4-2 por el que apuesta Marcelino es reconocido por todos. Un equipo con mucho equilibrio, que no le gusta especular, se siente cómodo con el balón y tiene muchos recursos a la hora de atacar. Es capaz de hacerlo en ataques posicionales con posesiones largas y fluídas, pero también tiene sabe contragolpear, gracias a la capacidad de sus atacantes para buscar los espacios y las espaldas de los defensas rivales.
El acierto de la secretaria técnica es reconocido por todo el mundo. Jugadores como Vietto o Cheryshev no sólo se han adaptado a la perfección al grupo, sino que están siendo decisivos en el rendimiento del Submarino. Gente joven que unida a la experiencia de pesos pesados en el vestuario como Bruno Soriano forman uno de los bloques más competitivos de la Liga. El buen trabajo de cantera que lleva haciendo en los últimos tiempos también está dando sus frutos
En semifinales de la Copa del Rey e inmersos en los dieciseisavos de la Europa League, el equipo sigue yendo a más. La ambición de uno de los planteles más jóvenes del campeonato –su once tipo tiene una media de edad de veinticuatro años– y la gran labor de Marcelino convierten al cuadro castelonense en un equipo temido allá donde vaya. La afición no se conforma, quiere más, pero conviene disfrutar de algo que no sucede todos los días. Volver a codearse con los más grandes. Lo han vuelto a hacer.
