Si la noticia de la tarde del domingo fue el anuncio oficial del fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid, horas antes el protagonismo lo acaparaba una nueva actuación estelar de Isco, que con dos de las tres dianas que marcó el conjunto blanco, tumbó al Athletic Club en el Santiago Bernabéu. Esa es la buena noticia: que se hable del buen papel del imaginativo centrocampista andaluz y no del debate de la portería. Los dos goles de Isco y la victoria eclipsaron la nueva suplencia del Iker Casillas, un hecho que parece empezar a tomarse con naturalidad en la Casa Blanca. Apoyar al equipo pasa por apoyar las decisiones del entrenador. Si Carlo Ancelotti considera que el capitán debe ser suplente, se ha de respetar por el bien de la institución. Y si el entrenador italiano da galones a Isco y éste responde con creces, también hay que decirlo.
A Isco le faltaba un escenario como el Bernabéu para confirmar la clase que atesora. Si se consagró el pasado año con el Málaga deslumbrando en Europa, ahora le ha llegado el turno de ser el nuevo timonel de un cuadro acostumbrado y obligado a partes iguales a conquistar títulos. De momento parece haberse sacudido la presión o al menos esa es la sensación que produce verle sobre el rectángulo de juego. Dice Ancelotti que Isco parece que lleva tiempo jugando en el Real Madrid. Y no le falta razón al italiano, culpable en cierta manera del rendimiento del internacional, que con sólo 21 años tiene todavía mucho camino por recorrer y un amplio margen de mejora. Su adaptación es incuestionable y ha arrancado el curso en un estado de forma extraordinario. Suma tres goles en tres partidos. Y su equipo sólo gana.
El Real Madrid progresa adecuadamente. No practica el fútbol al que probablemente aspire Carletto, pero a poco que se engrase la maquinaria lo logrará. El preparador italiano ha conseguido nueve puntos de nueve posibles sin jugar especialmente bien, sufriendo apuros ante el Betis, tirando de oficio en Granada y ganando con solvencia a los leones de Ernesto Valverde. Hace un año, los madridistas tuvieron que esperar hasta la tercera jornada para cosechar su primer triunfo. Hoy, en proceso de construcción, no ha bajado el pistón. A la nueva receta blanca, donde Isco es el novedoso manjar, se ha unido el primer gol del curso de Cristiano. Diego López ha estado seguro bajo palos y que no se hable de él es una grata noticia. Ahora se viene un parón liguero. Y Bale. Tiempo de sobra para seguir creciendo.
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