Primer partido sin ‘Robin’
Volvió el fútbol y lo hizo sin la presencia de un tipo tan peculiar como trascendente en las retransmisiones como Michael Robinson. Se hace extraño no verlo junto a Carlos Martínez, que tuvo palabras de recuerdo hacia su infatigable amigo y compañero en la previa del derbi sevillano. Se echa de menos su presencia, su manera de entender el fútbol, su acento único. Las retransmisiones de Carlos Martínez sin él nunca serán lo mismo.
Las palabras de @carlosplus dedicadas a @michaelrobinson en el retorno del futbol . TODOS LO ECHAREMOS DE MENOS #EternoRobinson pic.twitter.com/kmPHqu6LTV
— MASPITV (@TVMASPI) June 11, 2020
Público virtual
Aproveché el encuentro entre Sevilla y Betis para ver qué tal se veía LaLiga con público virtual. Y el experimento no está del todo mal. Es bastante creíble a bote pronto aunque en las repeticiones se observa la cruda realidad, la de las gradas vacías. Los gráficos, sin embargo, tampoco son nada del otro mundo. El audio también aporta frescura a la narración, con un sonido ambiente que recuerda bastante a los partidos del FIFA. La versión original, sin aficionados, muestra la crudeza de un partido que parece de pretemporada o, directamente, un entrenamiento.
Público virtual de FIFA 20 vs publico virtual de LaLiga. pic.twitter.com/fMy2LHRoPO
— Info Valencia (@Info__Valencia) June 11, 2020
La inexistente distancia social
Es un auténtico cachondeo lo de la distancia social. No le veo sentido que los jugadores se sitúen en la grada separados, con mascarillas y aparentando seguir el protocolo cuando la realidad es que dicha distancia no existe ni en los entrenamientos, ni en el vestuario ni en ninguna parte. Se supone que todos están libres de coronavirus tras realizarse los pertinentes tests, por lo que hacer el espectáculo de cara a la galería es bastante absurdo. De hecho, el contacto es más que evidente en la celebración de los goles. Si todos están sanos, ¿para qué tanto postureo?
— Out Of Context Football (@nocontextfooty) June 11, 2020
Interrupciones
Entre las pausas por hidratación ―lógicas y entendibles― y lo que tarda el VAR en aclarar alguna situación polémica, los partidos pierden ritmo y velocidad. Por suerte, la medida de los cinco cambios se ha de realizar en un máximo de tres ocasiones. Si no, fácilmente, se podrían llegar a perder hasta cinco minutos en ello (30 segundos por cambio).