Hace un par de noches saltó la noticia, que dio Manu Carreño en El Larguero, en la que el periodista anunciaba una información que haría tambalear los cimientos del Barcelona, como si no lo estuvieran ya. En cualquier caso, la noticia que a estas alturas ya todos habremos escuchado es que, según La Ser, Leo Messi ha paralizado su (enésima) renovación con el FC Barcelona, con el que finaliza contrato en 2021.
⚽🚨 Así te ha contado @ManuCarreno la noticia con la que hemos abierto @ElLarguero
💥 La idea de Messi ahora mismo es terminar su contrato en 2021 y abandonar el Fútbol Club Barcelona pic.twitter.com/mStYSeYdQQ
— El Larguero (@ellarguero) July 2, 2020
«La información es que Messi está harto, cansado», aseguraba Carreño. El tan cacareado «a día de hoy», una suerte de escudo protector muy utilizado en el periodismo deportivo para cubrirse las espaldas en caso de que salga nones cualquier exclusiva, hizo acto de presencia junto con «a esta hora». Es decir, durante la medianoche del jueves, Messi tenía claro que una vez terminada esta temporada ―y la siguiente―, pondría fin a su gloriosa etapa culé. Hoy, sin embargo, no sabemos qué pasa por la cabeza del argentino.
La noticia que abrió El Larguero no es algo que no de no deje de ser previsible y que viendo cómo le están yendo las cosas al Barcelona, uno no se pueda oler. Entre otras cosas, también, porque Messi tiene ya 33 años y, la próxima, cuando finalice el contrato y decida ―o no― abandonar el conjunto blaugrana, sumará 34. Es hora de que el barcelonismo vaya asumiendo que su estrella durante la última década y media está más cerca de terminar su relación con el fútbol que nunca. Y que se marchara no debería suponer ningún trauma, sino algo propio de la naturaleza de cualquier futbolista que supera la treintena.
Es un hecho que en Can Barça toca asimilar, guste o no: el día que Messi se marche o cuelgue las botas. Sea la próxima temporada, la siguiente o en 2040. El chicle no se puede alargar para siempre. Si la noticia es verdad, tocará ofrecerle una despedida como solo el mejor jugador de la historia culé merece. Si no lo es, y únicamente se filtra para echar más gasolina al fuego y tratar de desestabilizar un club, per se, desestabilizado ―nada descabellado― esa noticia pasará a engrosar la serie de oro de La Libreta de Van Gaal sobre Manu Carreño.