Esta es la semana de los entrenadores que no repetirán curso en la Liga. El lunes, Florentino Pérez anunció la no continuidad de José Mourinho al frente del Real Madrid; el martes fue la Real Sociedad, a través de un escueto comunicado, el que informó que Phillipe Montanier abandonará la disciplina txuriurdin el próximo 30 de junio y hoy, miércoles, el que tampoco continuará en el banquillo, en este caso del Málaga, es Manuel Pellegrini. Una decisión que se intuía desde hace tiempo, desde que empezó a vincularse su nombre al del Manchester City. Desde que se supo que Roberto Mancini había sido destituido, su nombre empezó a correr como la pólvora. Y aunque no se ha confirmado que su destino es el Etihad Stadium, todo hace indicar que será así. Y quizá no lo haga solo, ya que Isco tiene muchas papeletas de irse de la mano con el chileno. El desmantelamiento del Málaga empieza a tornarse una realidad.
Así pues, las buenas noticias no hacen otra cosa que evitar al conjunto malacitano. Al adiós de su técnico hay que añadir que la UEFA no le ha levantado el castigo que impedirá que dispute competición europea la próxima temporada (sí el del curso 2014/2015) si finalmente logra clasificarse y queda a expensas de lo que decida el TAS el próximo 4 de junio. Parece que lo hagan a propósito: si el Málaga logra entrar en Europa, que ya se sabrá para esa fecha, le mantenemos la sanción. Que no, se la quitamos. Pero bueno, eso es lo que parece, que muchas veces no es lo que sucede. A ello hay que añadir las dificultades en el tramo final de temporada para lograr precisamente eso, acabar en puestos que permitan el billete al Viejo Continente. La superlativa actuación en Champions League, donde alcanzó los cuartos de final en su primera participación, parece haberle pasado factura en el torneo de la regularidad.
Lejos parece haberse quedado la emoción que trajo la llegada del jeque árabe. De todos los que juegan al FIFA con sus petrodólares, probablemente al Málaga le ha tocado el peor. El City no repara en gastos, el PSG tampoco y el Málaga… el Málaga ha tenido que vender a sus estrellas para no caer en bancarrota. Por La Rosaleda han pasado, y ya se han marchado para llenar las arcas, jugadores como Cazorla o Monreal. Y se mantienen en la plantilla, pero con visos de ser traspasados, otros como Isco —el principal activo del club—, Joaquín, Baptista, Caballero o Toulalan. Futbolistas que llegaron ante un ambicioso proyecto pero que parecen tener las horas contadas, así como Pellegrini, el artífice del éxito blanquiazul que a pesar de los problemas económicos que han provocado que los cobros muchas veces no sólo llegaran con retraso sino que no llegaran. El que suena para sustituirlo es Gerardo Martino (Newell’s).
Manuel Pellegrini llegó a España en 2004 después de hacer campeonar a River Plate y tras un exitoso periplo por Argentina, donde también hizo victorioso a San Lorenzo de Almagro. Su libro de estilo lo ha mantenido allá por donde ha pasado, tratando siempre de practicar un fútbol vistoso y alegre, siempre ofensivo. A Villarreal lo situó en el mapa llevándolo a unas semifinales de la Champions y logró el subcampeonato liguero en 2008. Era el Villarreal de Riquelme, Forlán y Cazorla, entre otros. Tras su adiós, el conjunto amarillo, hoy en Segunda y con pie y medio en Primera, le echó de menos. Luego llegó su etapa en el Real Madrid, donde el Alcorconazo y la eliminación en octavos en la Copa de Europa dejó en segundo plano un subcampeonato de 96 puntos. La prensa se cebó con su figura. Y en Málaga ha vuelto por sus fueros, haciendo grande a un modesto que ahora se desmantela. Mucha suerte, Ingeniero.