El Real Madrid tuvo la pasada temporada una de las mejores plantillas que se le recuerda, quizá solo mejorable en un sustituto para Marcelo o para Casemiro. La presencia de un once consolidado, en el que solo cabía el debate por la BBC o el centro del campo de cuatro con Isco, dio pie a que jugadores como Morata, James, Pepe, Asensio, Lucas Vázquez o el mismo Isco hasta la lesión de Bale fuesen asiduos del banquillo excepto en los partidos como visitante de la Liga, momento en el que Zidane hacía rotaciones. El buen rendimiento de este rutilante grupo de jugadores, clave para ganar en campos difíciles como el de Villarreal, fue conmemorado como plan B o segunda unidad, vital para que el club se quitase la espina de ganar en una misma temporada la Liga y la Champions.

Pero no era fácil mantener esa plantilla cuando equipos como el Chelsea, el Bayern Múnich o el Manchester City reclaman a esos jugadores que quieren jugar siempre, incluidas las grandes citas. Así fue como hicieron las maletas Morata, James y Danilo, además de un Pepe que dejó el Bernabéu tras no llegar a un acuerdo para su renovación, y un Mariano con el que parecía que no se contaba. Se trató de paliar estas bajas con gente joven y prometedora, y rellenando huecos en la plantilla que eran necesarios como el lateral derecho, central, lateral izquierdo, mediocentro defensivo, delantero centro… Todos ellos con buenas perspectivas y con la vista puesta en un futuro a largo plazo, con la intención de que engrosasen ese plan B y se fuesen fogueando poco a poco.

Así fue como se dio la oportunidad a jugadores jóvenes pero con demostrada solvencia en la máxima categoría: Theo y Llorente en el Alavés, Ceballos en el Betis o Vallejo (muy castigado por las lesiones pero con buenas actuaciones cuando ha tenido minutos) en Alemania con el Eintracht de Frankfurt. Achraf, eso sí, procedía del filial y Borja Mayoral no tuvo tanta suerte en el Wolfsburgo.

Sin embargo, sea porque no tienen la continuidad necesaria, porque aún no están preparados para la exigencia del club o por las lesiones, ninguna de las incorporaciones se ha asentando en los planes de Zidane, lo que unido a una primera vuelta liguera con demasiados tropiezos y una eliminación de Copa inesperada ha hecho que se añore aquel plan B que tan bien funcionara el pasado año, principalmente a la hora de hablar de goles (pues jugadores como Morata y James en el banquillo era un lujo), además de un veterano como Pepe que era siempre una garantía en el centro de la defensa aunque ya hubiese cedido el sitio en el once a Varane.

La entrada de Asensio y Lucas

Sin embargo, las últimas fechas han cambiado la dinámica negativa en la que estaba instalado el equipo gracias a las últimas victorias en liga y, sobre todo, a una victoria sobre el PSG por la que pocos apostaban teniendo en cuenta la inercia en la Liga y el potencial del club parisino. Y en todo ello ha tenido que ver, además de la recuperación goleadora de Cristiano, que Marcelo vuelva a subir la banda como siempre lo hizo o al dominio en el centro del campo de Kroos y Modric, el soplo de aire fresco que ha supuesto la entrada de Asensio y Lucas Vázquez desde ese plan B, gracias a la profundidad que otorgan a las bandas, su trabajo defensivo al ayudar a Carvajal y Marcelo y su calidad individual, principalmente de un Asensio que había entrado en un bache de juego tras su fulgurante inicio de campaña.

Zidane llevaba mucho tiempo sin tener excesivos quebraderos de cabeza para elegir su once inicial en los grandes partidos, debido a las lesiones de Bale y Benzema o la sanción de Cristiano al principio de la temporada, y es ahora cuando tiene que hacerlo con todos a su disposición, siendo Bale el primer damnificado en el choque ante el PSG y optando por Isco y el centro del campo de cuatro. No obstante, la entrada en escena de Asensio y Lucas, con lo que aportan al equipo y el cambio de sistema que ello comporta (jugar con más o menos centrocampistas para tener dos en la banda y dos en punta), le da más variantes.

El Madrid dispone de un grupo de 16-17 jugadores que están para ser titulares, aunque evidentemente jugadores como Cristiano, Kroos o Modric sean de difícil reemplazo. Todos ellos ya estaban en su mayoría la temporada pasada, pues ha faltado que los refuerzos se integrasen como se esperaba. No es una segunda unidad tan completa como la del año pasado, pero no es mal plan.

En NdF | La segunda unidad se queda sin gol

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Gabriel Caballero

Periodista
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