Sin demasiadas complicaciones, como si de un trámite se tratara, no haciendo mucha falta desplegar su mejor fútbol, el Real Madrid regresó a la senda del triunfo (4-1) en el Di Stéfano, donde en sus dos últimas apariciones había tropezado ante Cádiz y Shakhtar. Entre medias, la victoria al Barcelona y un nuevo desliz, ante el Borussia Moenchengladbach, a domicilio. Varias son las buenas noticias para los de Zidane, que podrán afrontar el encuentro ―vital― ante el Inter de Milán con buenas sensaciones en el bolsillo. Y es que a pesar de haber tenido un inicio para el olvido en la Champions League, los blancos logrado mantener el buen nivel en LaLiga, donde siguen liderando los pronósticos de acuerdo al portal Sports Betting Dime.
La primera gran noticia para el madridismo en general y para el técnico francés en particular es la reaparición estelar en campeonato doméstico de Eden Hazard que, esperemos, haya dejado atrás los problemas físicos y, de una vez por todas, logre asentarse en el once titular de Zizou. Ante el Huesca salió de la partida, estuvo participativo y, fruto de ello, llegó el tanto que abrió la lata, que rompió la igualdad y que a la postre, encarriló el triunfo blanco. El belga firmó un tremendo zurdazo desde fuera del área que cogió desprevenido a Andrés Fernández y que, de alguna manera, le permitió sacudirse las críticas aunque sea por unas horas. El ‘7’, fichaje más caro de los madridistas la temporada pasada, no ha logrado la continuidad por culpa de las lesiones ni ser ese referente que pudiera hacer las veces de Cristiano. Eden no celebró su tanto, pero ese gol sirvió para abrir la cuenta goleadora de un partido en el que también brilló Benzema.
El francés vuelve a ser este curso el ‘9’ referencia, mal que le pese a Jovic o Mariano, relegados a un segundísimo plano más cercano al ostracismo que al protagonismo. El galo anotó la temporada pasada 21 chicharros y en esta apenas había transformado una ocasión. Así que si Karim también va afinando su puntería, el Real Madrid tiene más argumentos para seguir creciendo. Ante los oscenses firmó dos y tuvo incidencia en casi todos los ataques que llevaron a cabo los locales en el área azulgrana. Únicamente con el 3-1 hubo un pequeño amago de reacción por parte de los de Míchel, pero lo cierto es que fue fugaz e indoloro para Courtois. Benzema, con la caña a punto, sentenció al filo del epílogo.
Por último, resaltar el trabajo del incansable Modric, otro que estuvo en prácticamente todas las acciones, tanto de elaboración como de destrucción, y el regreso a su mejor versión de Fede Valverde, al que no únicamente hay que aplaudir la tremenda labor que ejerce en sala de máquinas, ni los kilómetros que recorre a lo largo de 90 minutos; también hay que sumar su acierto cada vez que se incorpora a la zona de castigo contraria. Ante el Huesca clavó un nuevo latigazo lejos del alcance de su guardameta que ejemplifica los distintos registros del uruguayo, que no le hace ascos a nada. El Pajarito vuelve a ser pieza clave de Zidane tras esa suerte de bajón que experimentó su rendimiento tras el confinamiento.
Así se fraguó un triunfo ante un oponente al que se le sigue resistiendo sumar de tres en tres tras ocho jornadas y que aunque puso mucho de su parte, volvió a perdonar en el área rival. Eso, ante equipos de menor empaque puede rescatar algún punto, pero ante el Real Madrid es complicado. De paso, los blancos, ponen en pausa el debate ―uno más― sobre la falta de gol y encaran el duelo frente al Inter de la mejor manera posible: con una victoria incontestable en Liga que debe tener su réplica en Champions… y ante un adversario de envergadura como el de Conte.
En NdF | El Real Madrid y la cultura del resultado
