Es la magia de Spotify. Todo comenzó anoche, en la radio pusieron ‘Yellow lemon tree’, una canción que me retrotraía no sé a muy bien qué, pero imagino que a mi infancia. Mi compañera acertó rápidamente el título y no dudó en decírmelo, mientras que una amiga fue más allá y decidió que era mejor canturrearla y mandármela por WhatsApp si, por aquellas cosas de la vida, me invadía un ataque de amnesia. El resultado, no apto para personas sensibles, fue el siguiente:
Así que esta mañana me he despertado y café en mano, me he puesto a buscar la canción que de alguna manera me recordaba a cuando éramos felices y no lo sabíamos, algo relacionado con un parque y unos columpios y, probablemente, con un balón de por medio. El Mikasa, para más señas. La cuestión es que tras tres minutos y once segundos de Fools Garden, Spotify ha demostrado su talento, ofreciendo una retahíla de temas supuestamente relacionados. No necesariamente con mi infancia, pero sí con ‘Yellow lemon tree’. Y tras el ‘Losing my religion’ de REM, el ‘You’re beautiful’ de James Blunt, el ‘Dreams’ de The Cranberries, el ‘Down Under’ de Men at Work y el ‘Beds are burning’ de Midnight Oil, ha saltado ‘Live is life’ de Opus. Boom.
En ese momento, los ganglios basales de mi cerebro han vinculado ese ritmo, esa voz, esos acordes, con la figura de Diego Armando Maradona, en medio de un calentamiento, ofreciendo lo mejor de su repertorio, al Olímpico de Munich. El hit, lanzado en 1985 retumbó en la megafonía del estadio alemán un miércoles 19 de abril de 1989, en vísperas del duelo entre el Nápoles ―la escuadra en la que el Pelusa se convirtió en leyenda― y el Bayern. Un choque que valía para la final de la Copa de la UEFA y que en el partido de ida había quedado 2-0. Los italianos se adelantaron con un tanto de Careca, al que respondió Wohlfarth, pero el propio delantero brasileño, a un cuarto del epílogo, puso por delante a los suyos. Sin prácticamente opciones, Reuter sitió el 2-2 que finalmente dio la clasificación a los napolitanos.
Para el recuerdo, sin embargo, también quedó guardado a fuego el calentamiento del ‘10’, que permanece en el imaginario colectivo cada vez que suena el ‘Live is life’ de Opus. Aquella tarde Diego, se mimetizó con la música para ofrecer al respetable un sinfín de las filigranas, bailecitos y maniobras, con el esférico cosidito a su cabeza, que de forma inevitable espolearon a sus compañeros minutos más tarde. Esa UEFA terminaría en las vitrinas del Nápoles, convirtiéndose además en el único título a nivel internacional con un club de Maradona. Y, para su nieto Benjamín se terminaría convirtiendo, como para muchos, en su vídeo favorito.
PS: Para el que se lo esté preguntando: tras ‘Life is life’ ha sonado ‘Careless Whisper’ de George Michael. También ha despertado otros sentimientos, aunque eso sí, nada relacionados con el fútbol.