Da la sensación que hay ganas de vérsela pegar a Argentina. No sólo parece que haya ganas, sino que Sampaoli ha reunido una serie de mimbres que invitan a pensar en ello. Mira que pocas cosas imponen más como los nombres que integran la parte atacante de la albiceleste, pero de nada sirve llevarse a Dybala si acabas poniendo a Meza de la partida o Pavón de revulsivo. No discuto la calidad de ambos, pero quizá carecen la madurez que requiere una cita como la mundialista. Lógicamente ni uno ni otro son los responsables del desaguisado ante Islandia (1-1). Ni de que con una serie de fantásticos jugadores, se acabe jugando a nada. O sí: a que a Messi se le encienda la bombilla.

La confianza que a priori ofrece arriba Argentina es inversamente proporcional a la que muestra abajo. Desde Caballero, suplente en el Chelsea de Courtois, hasta Rojo en el eje de la zaga. Y la manía del seleccionador en colocar a Mascherano de pivote defensivo con lo fiable que era el Jefecito en la defensa del Barcelona y, sobre todo, teniendo en cuenta la falta de contundencia argentina en la madre de todas las líneas. A pesar de Di María y del Kun, el único que brilla arriba es Messi. Al ‘10’ le faltan socios. Le falta que Jordi Alba se nacionalice argentino. Y con todo, no se cansa de intentarlo.

Frente a Islandia fue lo poco resplandeciente de una selección condenada al fracaso y a la que incomprensiblemente su entrenador es incapaz de hacer jugar. Apostar por una zona de máquinas formada por Masche y Biglia y dejar en el banquillo al imaginativo Banega da que pensar. Lo de Dybala es un disparate. E Higuaín que dé gracias por estar entre los seleccionados y tenga algunos minutos. Pese a todo, ante Islandia quizá mereció más. Generó pero no tradujo. Y cuando la tuvo, desde los once metros, Halldórsson le adivinó la trayectoria para convertirse en el héroe de un país que sí debe estar orgulloso de su equipo. Los nórdicos no dejaron respirar a Messi.

Tras todo lo expuesto, creo que Argentina puede estar perfectamente en octavos de final. Es más, tengo fe en que lo conseguirá. Eso sí, no vale dormirse porque queda el auténtico hueso del Grupo D, Croacia; y Nigeria, que ayer pinchó ante los Modric, Rakitic y compañía. Una vez superada la primera fase todo es posible, como sucedió hace cuatro años. Es probable que Sampaoli haya tomado nota de lo sucedido ante Islandia y dé nuevos aires a la albiceleste el próximo envite. También es posible que no y que regrese a casa antes de tiempo, pero con eso es algo con lo que ya contamos.

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Fernando Castellanos

Periodismo deportivo. En NdF desde 2006. Hacer todo lo que puedas es lo mínimo que puedes hacer. [ Twitter]