En los años previos a la llegada de Simeone al banquillo y en lustros anteriores, el Atlético se distinguió habitualmente por tener delanteros de gran nivel, aunque a veces el resto del equipo no estuviese a la misma altura. Vieri, Hasselbaink, Torres, Forlán, Agüero, Falcao… rara vez faltaron los buenos nueves en el Calderón. Pero desde la salida de Diego Costa, al Atlético le cuesta dar con el delantero adecuado: Mandzukic, Jackson o Vietto no rindieron como se esperaba. Tampoco Gameiro, de momento. Suerte para el equipo rojiblanco contar con Griezmann, que a pesar de no ser nueve puro es ducho en las lides del gol, y Torres, intermitente en sus rachas, siempre está ahí. Tras la eliminatoria de semifinales de Copa ante el Barcelona queda la sensación de que el Atlético fue mejor en buena parte de la misma que el conjunto azulgrana, pero no supieron reflejar su dominio en el resultado mientras que Messi y Luis Suárez, como suele ser habitual en ellos, no fallaron.
En aquella primera parte en la ida del Calderón certificó el pase el Barcelona con los tantos del uruguayo y el argentino, goles ambos de altura. La reacción del Atlético en la segunda parte estuvo tan llena de coraje como de fútbol, recordando a los mejores momentos de la era de Simeone en una temporada en la que se han diluido en parte, como se vio en aquel primer acto en feudo propio. Oportunidades tuvo para dar la vuelta al resultado, pero sólo Griezmann de cabeza a balón parado acertó.
Pocas cosas se le pueden reprochar al Atlético en el Camp Nou, a excepción de haber ratificado su buen papel en el marcador. Salió al estadio azulgrana dispuesto a dar la vuelta al marcador desde el inicio, con Saúl y Koke ganando claramente la batalla en el centro del campo y generando ocasiones, como una de Carrasco en la que no ajustó lo suficiente el disparo cuando lo tenía todo a favor: despejó Cillessen, que ha protagonizado una de sus mejores actuaciones como barcelonista, principalmente condensada en una primera media hora en la que el Atlético asedió su portería. Con el paso de los minutos fue ganando aire el Barcelona hasta que, al filo del descanso, Messi y Luis Suárez cocinaron el tanto azulgrana.
En la segunda parte se sucedieron los acontecimientos desde la expulsión por doble amarilla de Sergi Roberto, lo que dio más alas aún a un Atlético que no cejaba en su empeño. Luis Enrique tenía ya a Aleix Vidal dispuesto para entrar, pero la expulsión del lateral derecho cambió sus planes. Curiosamente Aleix, que también cubre esa posición, regresó al banquillo y el técnico asturiano optó por una opción más defensiva como la de Mascherano en un puesto tan poco habitual para él como el de lateral diestro. No fue su mejor día: las principales acciones de peligro atléticas llegarían por su costado. El Atlético encerró en su área al Barcelona y en esos momentos Umtiti se hizo grande despejando todo lo que pasaba por su zona. Llegaron finalmente a marcar los de Simeone, pero el juez de línea anuló un gol legal de Griezmann por fuera de juego. Fue entonces cuando Carrasco volvió a nivelar el número de contendientes: en una entrada a Arda Turan tan fuera de lugar como desafortunada vio la segunda amarilla cuando los suyos tenían viento de cara para la remontada. Simeone no debe de estar nada contento con el extremo belga.
No bajó los brazos el Atlético y Gameiro, que había entrado desde el banquillo, provocó un penalti que el mismo se encargó de lanzar… y tirar fuera. No parecía el día del Atlético, pero a falta de diez minutos, el punta galo se resarció del error desde los 11 metros marcando por fin el empate tras una gran asistencia de Griezmann.
Los últimos minutos estuvieron repletos de tensión y del intento del Atlético por marcar ese segundo gol que forzaría la prórroga. Por el camino se quedó Luis Suárez, que vio la segunda amarilla por levantar el brazo más de lo conveniente y, al igual que Sergi Roberto, se perderá la final. Ese gol no llegó, privándonos de una prórroga que prometía tras un partido emocionante. El Atlético fue mejor la mayor parte de la eliminatoria, pero los goles los marcó el Barcelona. Ya lo ha dicho Simeone en alguna ocasión: mejor jugar mal y ganar.
Fotos | El Periódico | AFP