Así las cosas, el Barcelona echa a andar y lo hace con la única cara nueva de Deulofeu. Y no será porque no se haya especulado, rumoreado e informado del interés culé en futbolistas. Pues bien, hasta la fecha, todos han dado largas: o bien ellos o bien sus clubes de origen. Dos han sido los nombres que, principalmente, han copado las portadas y de los que a ciencia cierta se conoce que ha habido interés. Hablamos de Marco Verratti y Dani Ceballos.
Verratti quiere, el PSG no
El caso de Verratti es el más mediático de todos. Se trata del centrocampista top que la medular azulgrana teóricamente necesita para complementar los Busquets, Gomes y Rakitic de turno. El problema de centrarse en un jugador del PSG es, básicamente, que su club de origen no destaca precisamente por sus ventas. El PSG y su dueño están montados en el dólar y si para algo llegó el jeque Nasser Al-Khelaïfi no fue para debilitar su equipo y hacer más fuerte a sus rivales. El catarí quiere ver a su PSG campeón de Europa y va a mover cielo y tierra hasta conseguirlo.
Así que es una soberana tontería ir a por uno de sus futbolistas si la entidad parisina no está dispuesta a sentarse a negociar. Ya puede el jugador forzar todo lo que quieras, hacer declaraciones fuera de lugar o fotografiarse con la portada de Mundo Deportivo: si el PSG no quiere, no se vende, y punto. Entre otras cosas también, porque en Francia no hay cláusulas de rescisión. Al final, Verratti ha vuelto de sus vacaciones pidiendo perdón y cantando a los cuatro vientos que es feliz en París. La prensa catalana insiste en que el mercado está abierto hasta el próximo 31 de agosto. Pero, sinceramente, si el PSG sigue cerrado en banda, poco o nada tiene que hacer la directiva azulgrana.
El Betis quiere, Ceballos no
Si Ceballos en lugar de jugar en el Betis jugara en el Ajax o en el Mónaco, su precio no bajaría de 40 o 50 millones. Así que ir a por él no era una mala idea, sobre todo porque el precio no era alto. Sin embargo esta vez el Barça se ha encontrado con el eterno rival, un Real Madrid que últimamente está a todas y que sabe pescar en la cantera española. Lo hizo con Asensio, lo ha hecho con Theo Hernández y lo ha vuelto a hacer con Ceballos, al que ha convencido después de darle un ultimátum de 24 horas. El Barcelona tenía el sí del Betis y faltaba el OK del jugador. Al final Ceballos prefiere el Bernabéu. Hace unos años era algo impensable. Ahora comienza a ser normal. El Madrid se hace con un jugador con una proyección impresionante por 18 millones de euros. Si le sale la mitad de bien que Asensio, tiene futbolista para muchísimos años.
Regalando que es gerundio
En el capítulo de salidas no está la cosa para echar cohetes. El Barcelona sabe de sobra qué jugadores no quiere, pero es incapaz de ponerlos en el mercado sin que se note. Seguramente en el caso de Mathieu la gran mayoría estará de acuerdo en que no ha sido mala idea rescindir su contrato y darle matarile. Sin embargo, teniendo en cuenta que llegó hace tres temporadas por 20 millones de euros, que no son moco de pavo, que se haya marchado con la carta de libertad y encima teniendo que pasar unos días a prueba en el Sporting de Portugal suena a chiste.
Douglas, Vermaelen y Munir, triple fiasco
Sin embargo, el camino que ha seguido Mathieu tiene toda la pinta que lo seguirán todos aquellos que están en la misma rampa de salida. Douglas, tras una cesión en la que ni fu ni fa al Sporting de Gijón, seguramente haga las maletas, ya sea de nuevo a préstamo o traspasado (¿gratis?). El brasileño, que llegó el mismo verano que Zubizarreta descartó incomprensiblemente a Asensio, no es el lateral que busca el club para competir con Aleix Vidal o Sergi Roberto.
Vermaelen, otro de los fichajes estrella de Zubi, de “rendimiento inmediato”, tampoco ha tenido suerte en la Roma y aunque algunos medios han dicho que incluso podría ser el cuarto central, lo cierto es que seguramente se largue y lo haga de la manera que mejor se le da al Barça: regalándolo. 10 millones más 5 en variables (que suponemos que no se han cumplido) fue el precio que pagó el Barça al Arsenal por un zaguero íntimo de las lesiones y que va para los 32 años.
Munir El Haddadi es otro de los que seguramente se marche para no volver. A pesar de ser uno de los debutantes que más impresión causó en su día, siendo convocado incluso con la selección absoluta, su progresión de momento no ha sido la esperada. De ser titular en el Barcelona, de ser internacional con España a verse ahora mismo sin equipo y pidiendo a la FIFA que le deje jugar con el combinado de Marruecos.
La temporada pasada el Barcelona lo cedió al Valencia, que tenía una opción de recompra de 12 millones que no llevó a cabo este verano. En Mestalla, Munir ha vivido una temporada para olvidar, como el resto de futbolistas de un club en caída libre tanto deportiva como institucionalmente. Aun así, ha ido teniendo minutos, aunque no destacando por encima de la media. El madrileño ha vivido el camino contrario a Sandro, que sí ha explotado en el Málaga para desgracia barcelonista (lo regaló hace un año).
Ahora hay algunos rumores sitúan a Munir en el Zenit ruso, que sí podría apostar fuerte por sus servicios. Lo que es evidente es que con casi 22 años Munir puede marcarse otro Sandro, siempre y cuando, como el canario, encuentre un destino ideal para su fútbol, algo que la fría Rusia no tiene pinta de ser. Mientras tanto, habrá que ver si el Barça decide cederlo, venderlo o… regalarlo.
Tello, 4 millones; Mariano, 8
Uno de los que se ha pasado varias temporadas cedidos y que finalmente no ha vuelto ni volverá es Cristian Tello, que se ha marchado finalmente al Betis por 4 millones más 1 opcional después de haber debutado con el Barcelona, haber jugado en el Oporto y ser fijo en la Fiorentina, de la Serie A. Tiene gracia que un jugador con ese bagaje, en el que además se incluye ser internacional absoluto con España, se ha haya marchado al Villamarín por como mucho 5 kilos. En cambio, el Real Madrid ha conseguido colocar a Mariano, el delantero con menos minutos de la plantilla, con apenas experiencia en el fútbol profesional, por 8 millones de euros en el Olympique de Lyon. Una nueva demostración de lo mal que se hacen las cosas en las oficinas del Camp Nou si se comparan con las de Chamartín.
De Arda sólo se espera una buena venta
Por último, de quienes se puede sacar verdadera tajada es una incógnita si se logrará. El principal es Arda Turan, un auténtico bluff que no ha demostrado para nada ni ha cumplido con las expectativas que generó su fichaje, hace dos veranos , a cambio de 34+7 millones de euros. Un auténtico fiasco el escaso fútbol que ha ofrecido el turco, que debía comandar el centro del campo azulgrana, ser un recambio de garantías para Iniesta y compañía, y que jamás ha estado a la altura en los partidos con cara y ojos.
Desconocemos si ya ha aprendido español o sigue comunicándose en inglés a pesar de llevar seis temporadas en la Liga, pero lo que sí que es verdad es que es el único jugador del que el Barça puede ingresar una buena suma de dinero. Tiene 30 años y su caché tampoco está por los suelos. Otra cosa es que alguien esté dispuesto a pagar los 40 kilos que no estarían nada mal y que el jugador, con contrato hasta 2020, aceptase marcharse por la puerta de atrás. En cualquier caso, su futuro depende de Valverde, aunque para nada tiene la etiqueta de intransferible.
Paulinho, Bellerín y los imposibles
Por último, las posibles incorporaciones tampoco parecen muy factibles. Tras el ‘no’ del PSG por Verratti, queda por ver por dónde van los tiros en cuanto a materia de fichajes. Para la posición del italiano también se había especulado con la llegada de Paulinho, un centrocampista todoterreno que sin embargo está jugando en la liga china y por el que piden 40 millones de euros. No estaría mal si no fuese porque el año que viene cumplirá 30 años y el Barcelona debería haber escarmentado de este tipo de fichajes. Seguramente por 20 millones (lo que pagó el cuadro de Scolari a los Spurs en 2015) se podría llegar a un acuerdo, aunque está por ver, ya que Paulinho no está en China por su apasionante liga, sino por los 7 millones de euros que cobra en el Guangzhou Evergrande y que dobla el suelo que tenía en la Premier.
el Sevilla
Por lo pronto, el Arsenal no se baja de la parra y además de interesarle vender al joven zaguero, si lo hace lo hará pues como se hace en la Premier: a precio de escándalo. 50 millones es el precio marcado de salida. Una auténtica burrada por un jugador que sí, tiene talento y apunta manteras, pero que no vale eso. Sea como fuere, si los de Londres están dispuestos a negociar, es evidente que el Barça alcanzará esa cifra y la que haga falta para que Bellerín regrese al Camp Nou para ser titular indiscutible. Con 22 años, y pensándolo fríamente, 50 millones pueden ser fácilmente amortizables.
El problema, sin embargo, que tiene el Barça, es que no tiene dinero para realizar ciertos fichajes al precio del que se habla. Claro, por eso que llegadas como las de Dembelé o Coutinho son muy bonitas de cara a la galería, pero inviables a nivel económico. El Barcelona no es ni el PSG, ni ninguno de los Manchester. Tampoco es el Sevilla fichando. Así que a día de hoy es una incógnita saber quién y a qué precio va a fichar este Barça de cara a la próxima temporada. De momento dos de sus objetivos se han escapado. Y los que se han marchado poco han dejado en las arcas. Seguiremos informando.