El Real Madrid de la 2014/15 arrancó con un título debajo del brazo como broche al gran éxito con el que concluyó el pasado curso, la Décima. En Cardiff, y a pesar de que el Sevilla llevaba más tiempo preparando la cita, sólo se manifestó un equipo. Tan sólo en los últimos cinco minutos, con todo resuelto (2-0), los hispalenses maquillaron su flojo partido con un pequeño asedio que permitió reforzar los argumentos de los defensores de Iker Casillas, uno de los protagonistas del incendiario debate sobre la portería blanca que ha acabado con la salida de Diego López al Milan. El capitán cumplió con tres buenas intervenciones bajo palos durante el encuentro, mostrándose seguro y poniéndole más difícil la elección a Carlo Ancelotti, al que le han traído una de las sensaciones del pasado Mundial para competir por la titularidad con el de Móstoles.
Había algunos que no habían coincidido sobre el césped, pero el técnico italiano decidió alinear a los recién llegados salvo a Keylor Navas. El vigente campeón del Mundo, Toni Kroos, fue titular jugando al lado de Modric ante la ausencia de Xabi Alonso, rayando a un fantástico nivel a pesar de estar en agosto. El alemán mandó, robó y distribuyó dejando buenas sensaciones y demostrando que de sobra está acostumbrado a jugar en un grande. Por su parte, James Rodríguez, sigue siendo toda una incógnita. El colombiano no lo hizo nada mal, demostró mucha movilidad y solidaridad pero intuyo que para ser titular en este equipo (si Di María, hoy en el banquillo, continúa) tendrá que demostrar mucho más. A las aportaciones de los recién llegados, añadir el buen estado físico de Gareth Bale, hoy doblemente motivado por jugar en casa; la confianza y el buen hacer de Coentrao (le ha quitado claramente el puesto a Marcelo, algo impensable hace un año) y el olfato goleador de Cristiano Ronaldo, intacto: sus dos goles en la final le han dado al Real Madrid el primer título de los seis que disputará en el presente curso.
El Sevilla, por su parte, se mostró seguro atrás, huérfano en el medio campo y perdido y sin ideas en la delantera. Es evidente que la venta de Rakitic al Barcelona ha mermado a un equipo que el año pasado tenía mucha más consistencia y juego con el balón y mucho poder en las jugadas de estrategia a balón parado. Sin el croata, el campeón de la Europa League ha sufrido al no poder pelear por la posesión y al ser incapaz de conectar con los de arriba. Bacca, demasiado solo, no ha gozado apenas de oportunidades. El problema de los de Unai Emery es evidente y más cuando ha quedado demostrado que el mejor del equipo ha sido su central Fazio, un auténtico bombero en el área. Parece que Ever Banega puede acabar recalando en el Sánchez Pizjuán, aunque habrá que esperar para saber si es suficiente para un equipo que disputará Liga, Copa y Europa League.
En el primer partido del nuevo ejercicio, el Real Madrid ha demostrado que con su velocidad y calidad arriba le bastará para ganar el 60-70% de los partidos de este año. Para el resto, las grandes citas, dependerá del planteamiento que Ancelotti prefiera para un equipo cargado del talento suficiente como para dominar a sus rivales y tener el balón. Veremos si el italiano se decide por un 4-4-2, el 4-2-3-1 o el 4-3-3. La decisión hará que James tenga más o menos protagonismo, que Kroos juegue más o menos adelantado y que hombres como Isco o Di María se replanteen su futuro (el del argentino, sigue siendo una incógnita).