En la archiconocida saga del Santuario de Los Caballeros del Zodíaco, los valientes caballeros de bronce deben enfrentarse a los temibles y poderosos caballeros de oro en una desigual batalla para salvar la vida de Atenea. A Shiryu, el caballero del dragón, le toca enfrentarse a Shura, caballero de Capricornio, y su temible ataque Excalibur, por el que su brazo hace las veces de la legendaria espada del Rey Arturo. Shura, conocido por ser el caballero de oro más leal a Atenea pero engañado por el usurpador que ocupa el trono del Patriarca, se enfrenta a Shiryu creyendo que el caballero del dragón es un traidor, pero es derrotado en una épica y desesperada batalla. Finalmente, Shura reconoce que la verdad estaba del lado del caballero de bronce y, antes de morir, le cede su ataque más poderoso, Excalibur, que acompañará siempre a Shiryu. No, no me he confundido de artículo ni Modric está cerca de la retirada, pero ya hemos visto que una de sus señas de identidad, el pase o disparo con el exterior que tan bien domina y que tantos buenos momentos ha dejado, permanecerá viva a través de sus compañeros de equipo, como si les hubiese cedido su legado como Shura se lo cedió a Shiryu.

El último ejemplo lo vimos en el partido entre España y Noruega clasificatorio para la próxima Eurocopa: ya en la segunda mitad, Carvajal, titular en el lateral derecho en la primera alineación de Luis de la Fuente al frente de la Roja, partía hacia dentro desde la banda en una jugada de ataque, y utilizó el recurso del centro con el exterior para enviar el balón al área en un medido pase a la cabeza de Aspas, que sin embargo no llegó a conectar bien el testarazo. Un centro estético, pero a la vez, el mejor recurso posible ya que era eso o centrar con la zurda. Después de tantos años compartiendo equipo con Modric, ya son muchas las veces que le habrá visto al croata tirar de recurso, y quiso emularlo con buen resultado.

Unas semanas antes fue el turno de Tchouaméni: en el partido ante el Espanyol en el Bernabéu, el centrocampista francés recibió un balón en el costado izquierdo del área y, al primer toque, envió con el exterior el balón al área pequeña donde Militao, este sí, remató a la red para marcar el segundo gol del Madrid. El mismo Tchouaméni lo dijo al término del partido: “Puedo ver a Luka con el exterior todos los días para aprender”.

Pero no es ninguno de ellos el alumno más aventajado de Modric: si hay alguien en el Madrid que le ha cogido el gusto al pase con el exterior, ese es Vinicius. El brasileño ya lo ha hecho varias veces, tanto con el Madrid como en algún partido del pasado Mundial de Catar. Es además un recurso que le viene de perlas a su juego: al entrar desde la banda izquierda en el área, cuando no busca el disparo puede optar por centrar con el exterior en lugar de hacerlo con la zurda. Ya ha dado varias asistencias de esta forma, y seguro que aún le quedan unas cuantas por repartir.

Les queda, eso sí, la asignatura pendiente de hacerlo con gol, disciplina que Modric también ha demostrado dominar en alguna ocasión como hicieran otros futbolistas como Ricardo Quaresma, otro célebre embajador de la trivela. Pero el croata puede sentirse orgulloso de sus pupilos: mientras él sigue dando clases magistrales sobre el terreno de juego, sus compañeros aprenden de él en partidos y entrenamientos. Su legado, como el de Shura, está a salvo.

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Gabriel Caballero

Periodista
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