España se ha convertido en un país de centrocampistas. Quién lo iba a decir allá por 1994, cuando Clemente optaba por Nadal y Hierro en el centro del campo, además de Amor o Bakero. Buenos centrocampistas, pero de un perfil diferente a los que han vestido la Roja en las dos últimas décadas: pocas selecciones pueden decir que por sus alineaciones han pasado jugadores como Xavi, Iniesta, Silva, Xabi Alonso, Valerón, Mendieta, Busquets, Baraja, Cesc, Cazorla… Y ahí están ahora los Thiago, Fabián, Saúl, Koke, Rodri y los de nuevo cuño, como Mikel Merino o Dani Olmo. Siguen surgiendo talentos en el centro del campo, como siguen saliendo porteros (Unai Simón), centrales (Pau Torres), laterales (Reguilón) y jugadores de banda (Ansu Fati, Adama Traoré, Asensio, Ferrán Torres…), pero ¿qué pasa con los delanteros? En el último partido, ante Ucrania en Kiev, la selección llevó la iniciativa y generó muchas situaciones (gracias sobre todo a Traoré, imparable en la banda derecha) que podrían haber desembocado en ocasión de gol, pero faltó remate, mordiente, alguien que tuviese entre ceja y ceja la red contraria. El que más parecía cumplir el perfil, Sergio Ramos, tenía su lugar habitual en el otro lado del campo.

No son nuevas las dudas con los delanteros de la selección: hace ya algún tiempo hablábamos de ello y hacíamos un repaso de los futbolistas que habían ocupado las posiciones más adelantadas del combinado español. Con Raúl y Morientes había una delantera de lujo, pero el resto de líneas no brillaba de la misma forma que unos años más tarde: se suele recordar de esa magnífica generación las paradas de Casillas, la jerarquía defensiva de Puyol, el bastión que era Xabi Alonso en el centro, el fútbol de Xavi e Iniesta… pero qué importante era tener a Villa y Torres para culminar todo el trabajo.

Los goles del éxito

En la Eurocopa de 2008, donde empezó todo, España ganó en la fase de grupos a Rusia por 4-1, con hat-trick de Villa. Después, 1-2 a Suecia con goles de Villa y Torres, y por último, 1-2 a Grecia con tantos de De La Red y Güiza cuando la clasificación ya estaba en el bolsillo. Los penaltis decidieron los cuartos ante Italia, y en semifinales fue una victoria coral, con un gran fútbol que culminaron Xavi, Güiza y Silva. En la final, ante Alemania, fue Torres quien decidió el partido con aquella cabalgada en la que superó a Lehmann.

El cénit tuvo lugar en Sudáfrica, en el Mundial de 2010. España fue la que mejor fútbol desplegó, pero los resultados no fueron abrumadores: derrota ante Suiza, victoria sobre Honduras con doblete de Villa y después ante Chile, 1-2 con tantos de Villa e Iniesta. Villa fue vital en aquella fase de grupos, como lo sería después: 1-0 ante Portugal con gol del Guaje, mismo resultado que en cuartos ante Paraguay, otra vez con gol del asturiano. Sería el mismo resultado con el que se derrotaría a Alemania en semifinales y Holanda en la final, aunque los goles serían obra de Puyol e Iniesta, respectivamente.

En la Eurocopa de 2012, los goles estarían más repartidos: Cesc, Torres, Silva, Jesús Navas, Xabi Alonso… En cualquier caso, queda clara la importancia que tuvieron Torres y Villa en aquellos éxitos, la de tener delanteros que completaran el trabajo de un equipo sobresaliente en todas sus líneas. Y es difícil reemplazar a una generación como aquella, pero mientras han surgido buenos jugadores en otras líneas, la delantera no ha tenido la misma suerte.

El número 9, sin dueño

En el Mundial de 2014 fue Diego Costa la gran apuesta de Del Bosque gracias a su labor en el Atlético, algo que ocasionó cierto malestar en la selección brasileña, su país de origen. No obstante, el Lagarto nunca terminó de adaptarse a la Roja. En la Eurocopa de 2016 se optó por un veterano como Aduriz, que destacaba en el Athletic, y por un joven como Morata, que venía de dos buenas campañas en la Juventus. El paso de Aduriz por la selección no ha tenido el mismo brillo que su trayectoria en LaLiga, pero Morata sí que cumplió en aquel europeo: marcó un doblete ante Turquía en la victoria por 3-0 y el tanto en la derrota por 2-1 ante Croacia, que complicó sobremanera el cuadro: Italia fue superior en octavos.

Sus 17 goles en 33 partidos avalan la trayectoria de un Morata que siempre ha cumplido con la selección, no obstante, su mala temporada en el Chelsea, que empezó muy bien y acabó muy mal, lo dejó fuera de la lista para el Mundial de 2018: Lopetegui optó por recuperar a Diego Costa, a pesar de que su temporada de regreso al Atlético tampoco fue brillante, y por Rodrigo y Iago Aspas, que venían de un buen año en LaLiga con Valencia y Celta. Pero el protagonista fue en un principio Diego Costa, quien empezó muy bien el campeonato: doblete en el empate ante Portugal y gol de la victoria contra Irán. Después, Aspas marcaría de forma agónica en el descuento el empate ante Marruecos, que daba el liderato del grupo a España. No obstante, las dudas que generaba el equipo, envuelto en aquella polémica con la destitución de Lopetegui antes del torneo, se confirmaron en octavos ante Rusia, donde la selección evidenció su falta de pegada después de un partido con infinito número de pases inocuos.

No han sido muchos, desde entonces, los delanteros que han vestido la camiseta de la selección: no ha habido grandes inventos, entre otras cosas porque no hay demasiado donde elegir. Ha vuelto Morata de forma intermitente para marcar unos cuantos goles en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2020: personalmente creo que el bianconero, en buena forma y con confianza, es el mejor 9 de España, y un buen año en la Juventus sería una buena noticia para la selección. También volvió en su momento Alcácer, que tiene buenos números como internacional (12 goles en 19 partidos) pero nunca acabó de asentarse. Mejores cifras que Rodrigo, por ejemplo, un habitual de las convocatorias y que es más que un goleador, pero no un delantero de grandes cifras. Y Gerard Moreno ha sido otro delantero habitual gracias a su buen papel con el Villarreal la pasada temporada.

Otros jugadores jóvenes que ocupan otras posiciones y asoman por la absoluta, como Ansu Fati y Oyarzabal, aportan también su número de goles, pero es necesario encontrar goleadores para aspirar a cosas importantes. Es lo que más falta hace en el relevo generacional que está llevando a cabo la selección española.

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Gabriel Caballero

Periodista
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