En el Mundial de las sorpresas, Francia no estaba para sustos. Tras deshacerse de Argentina en octavos, esta vez era otra vieja campeona del mundo sudamericana como es Uruguay, con menos nombres que la albiceleste pero con más garra, más equipo y con las ideas más claras que el conjunto de Sampaoli, su rival por un puesto en semifinales. Pero sin jugar un gran partido, los galos tiraron de oficio para vencer con solvencia y sin excesivas complicaciones a una selección celeste que echó demasiado en falta a Cavani, el 50% de su letal delantera: Luis Suárez se vio esta vez muy solo en busca del gol.

Los éxitos de Uruguay se remontan al blanco y negro, a épocas de grandes leyendas como el “Maracanazo” y grandes nombres como Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia. No partían como favoritos para alzar el título, pero un equipo muy bien trabajado por el profesor Óscar Washington Tabárez, su fenomenal delantera formada por Cavani y Luis Súarez, una defensa comandada por un imperial Godín, la victoria sobre Portugal, campeona de Europa, en octavos y las sorpresas que se iban dando en el torneo con varias de las campeonas eliminadas, hacían sonar a la afición charrúa. Sin embargo, Francia fue un escollo insalvable.

Tras un frenético partido ante la Argentina de Messi en el que tuvieron que remontar un resultado en contra, arrollaron después a la albiceleste llevados en volandas por un Mbappé desatado y acabaran pidiendo la hora debido a la reacción argentina, esta vez Francia no brilló tanto pero ejerció el control del partido sin apenas complicaciones. Con un estelar N’Golo Kanté, que robaba cada balón que pasaba por su zona, ayudado en el centro del campo por Pogba y con un Griezmann que llevaba las riendas en ataque, Francia impuso su superioridad técnica sobre una Uruguay que se encomendó sin suerte a Luis Suárez. Stuani, protagonista de una gran temporada con el Girona, fue el sustituto de Cavani pero no consiguió que no se notara la falta del delantero del PSG.

Fue un defensa, Räphael Varane, quien marcó el primer tanto del partido. En una zona que era coto privado de Godín y Giménez, donde marcar un gol era una hazaña reservada a los elegidos, el central del Real Madrid se elevó aprovechando el despiste general para marcar de cabeza un gran tanto y adelantar a los bleus poco antes del descanso. Ya en el segundo tiempo, un disparo lejano aparentemente inofensivo de Griezmann provocó el error de Muslera tras hacer el balón un extraño ante el que el guardameta uruguayo no supo reaccionar, recordando a aquello de Bale y Karius en la final de la Liga de Campeones.

El resto del partido transcurrió sin sobresaltos y con alguna refriega ente ambos equipos, como una que terminó en el suelo con un Mbappé que en esta ocasión pasó más desapercibido. Francia estará en semifinales y seguirá siendo una de las favoritas gracias a un bloque muy sólido con buenas individualidades. Por su parte, la afición uruguaya puede estar orgullosa de los suyos: han hecho un más que digno Mundial.

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Gabriel Caballero

Periodista
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