Suceden cosas extrañas en el lateral derecho del Real Madrid: es su triángulo de las Bermudas particular, una zona donde han navegado varios futbolistas esta temporada, algunos han naufragado y otros han resurgido contra pronóstico. Nada extraño, por otra parte, en un lugar que dignificaron Chendo, Michel Salgado o Panucci y por el que también pasaron Vítor, Secretario o Diogo. Pero esta temporada, la realidad supera al mito con Carvajal, Lucas Vázquez y Odriozola como protagonistas.
Achraf fue uno de los protagonistas del verano madridista: tras su buen hacer en Dortmund parecía que regresaría triunfal a Valdebebas, pero el Inter ofreció 40 millones por él y se lo llevó a Italia ante la sorpresa de la afición. El futbolista marroquí no creía contar con la confianza de Zidane, y Conte le abría de par en par las puertas de su esquema con carrileros. Así las cosas, Carvajal y Odriozola partían como laterales derechos del Madrid. El ex de la Real Sociedad nunca fue predilecto de Zidane, de hecho, la temporada anterior no puso ninguna pega a que se fuese cedido al Bayern cuando solo contaba con Carvajal en esa zona. No obstante, la venta de Achraf le abría hueco en la plantilla de nuevo, aunque Carvajal iba a ser indiscutible.
Y así empezó la temporada, pero no tardó en empezar el viacrucis del canterano blanco con las lesiones, que duraría toda la temporada con regresos esporádicos y recaídas habituales. El que se presumía como lateral derecho de la selección en la Eurocopa y, un año más, un fijo en el Di Stéfano, viviría una campaña para el olvido. Y el primer gran duelo liguero no tardaría en llegar con Carvajal ya en la enfermería: la visita al Camp Nou. Zidane apostó por Nacho, la opción más segura y fiable, pero este también se lesionó poco antes del descanso y tuvo que improvisar con Lucas Vázquez, algo que ya había hecho en alguna ocasión con desigual resultado.
Lucas Vázquez se reinventa
Lucas, muy criticado en los últimos tiempos, tendría que lidiar en la zona derecha de la zaga con el ataque azulgrana formado por Messi o Ansu Fati, y no solo cumplió sino que hizo un buen papel, sin complicarse en defensa y dando rienda suelta a su lógica vocación ofensiva. El Madrid ganó 1-3, y el experimento de Lucas salió bien parado.
Poco imaginábamos entonces que Lucas Vázquez, que terminaba contrato a final de temporada y del que muchos daban por hecha su salida, iba a ser rebautizado como Cafucas Vázquez, contaría con buenas ofertas continentales y negociaría al alza su renovación con el Madrid. Y así se lo ganó en el campo con buenas actuaciones, regularidad en su rendimiento y con un lugar fijo en el flanco derecho. Pero fue precisamente contra el Barcelona cuando se truncó su buena trayectoria en un choque con Busquets que le haría perderse el resto de la temporada en su mejor momento.
Con Nacho, el comodín, ocupado en tareas del centro de la zaga ante las bajas de Varane y Ramos (y también con notable rendimiento), a Zidane le tocó improvisar de nuevo. Valverde fue utilizado como carrilero en defensa de cinco e incluso de cuatro, como en Anfield, pero el uruguayo también se lesionó además de dar positivo por COVID. El triángulo de las Bermudas volvía a cobrarse otra víctima. Así que Zidane tuvo que acordarse de un futbolista olvidado en el fondo de la plantilla, un Odriozola que apenas había jugado esta temporada.
Reaparece Odriozola
Su regreso no fue sencillo, cometió algunos errores y las críticas no tardaron en llegar. Pero a medida que fue jugando partidos y acumulando minutos, su rendimiento fue mejorando. Dentro de los extraños sucesos ocurridos en el lateral derecho madridista, este fue quizá el más normal: nada mejor para un futbolista que la continuidad, que se lo digan a Militao. Y así todo, Zidane no acababa de decantarse por el donostiarra: en el decisivo duelo en Stamford Bridge apostó por Vinicius como carrilero diestro en defensa de cinco, aunque aquello no funcionó.
En el partido en Granada fue el canterano Marvin el que ocupó el lateral derecho, pero una lesión (el triángulo, otra vez) hizo que Odriozola ocupase su puesto en la segunda parte, y aprovechó la circunstancia marcando el tercero cuando el Granada había acortado distancias con el 1-2. Era el segundo gol de Odriozola en los últimos partidos: también había marcado en Cádiz el segundo tanto del equipo. Del norte, pero se le da bien el sur. Sin llegar al nivel de Lucas Vázquez, Odriozola ha ayudado al equipo ante las innumerables lesiones, ha marcado y ha asistido desde la banda derecha aprovechando su fuerte, sus incorporaciones al ataque y su incansable recorrido.
La temporada se le hizo larga al Madrid con la acumulación de partidos, las bajas y el cansancio, y el lateral derecho fue una de las zonas más castigadas y con mayor rotación de nombres, pero ha salido airoso gracias a la aportación de los que no contaban en un principio. No todos los barcos naufragaron.
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